El verano pasado subimos a la laguna. Aquella excursión fue muy emocionante. Pudimos disfrutar de muchas cosas: el olor de los pinos, el trino de los pájaros, el color de las flores silvestres. Incluso pudimos fotografiar a las ardillas y los jabalíes. Recuerdo que a esa altura, rodeada de aquella atas montañas y de esa bella naturaleza me sentía muy feliz. El regreso se hizo a primera hora de la mañana, para evitar el calor. Ahora, estamos pensando en repetir esta excursión en el otoño.