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GORILAS EN LA NIEBLA

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COMPLETA LAS PALABRAS QUE FALTAN BASÁNDOTE EN EL ESCRITO DE A LADO

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GORILAS EN LA NIEBLA

COMPLETA LAS PALABRAS QUE FALTAN BASÁNDOTE EN EL ESCRITO DE A LADO

MARY RUMIPAMBA
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1

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Gorilas en la niebla
Septiembre 7 de
Esta mañana subí al lugar de donde procedían las vocalizaciones que escuché anoche .
Me topé con la pista de los gorilas y la rastreé hasta una cuesta con gruesos árboles , situada
muy por encima del campamento .
Al verme , los animales desaparecieron como por arte de magia . Todos , excepto un joven
que se refugió en un árbol para ofrecerme un redoble de pecho y un llamativo balanceo entre
las ramas . Luego de un salto , cayó sobre la vegetación del suelo . Al instante lo bauticé .
Los demás miembros del grupo , quince en total , se retiraron unos seis metros de donde
habían estado comiendo y me echaban disimuladas miradas desde la densa vegetación .
A la media hora de relación con el grupo 5 , me dí cuenta de que había dos
de lomo plateado que ocupaban defensivas en los flancos , rodeando a las hembras y a
los jóvenes . Alcancé también a ver cuatro hembras transportando crías de diferentes edades .
Esta tarde he llegado muy cansada al campamento .
Septiembre 9 de 1966
Hoy he visto de nuevo a Ícaro , que ejecutaba un arriesgado y temerario número de
exhibición sobre la rama - no muy sólida - de un árbol . De pronto , el pequeño duende orejudo
fue a dar contra el suelo , involuntariamente , junto con la rama en que se estaba columpiando .
Apenas pasó el ruido por la caída , el aire se llenó de gritos y rugidos indignados
de los dos machos dominantes . Los dos machos me amenazaban como si me consideraran
responsable de la caída . Al tratar de retroceder , me tronché un tobillo .
Los se detuvieron a unos tres metros de mí al ver a Ícaro , todavía ,
que trepaba a otro árbol , insensible al furor que había provocado . Sin embargo , en la atmósfera
se podía palpar el olor a miedo de los .
Estoy muy , Quizá tenga que dejar de ir al hasta que mi tobillo sane .
16 de 1966
Hoy , tan pronto , volví a salir para observar a los . He visto a Ícaro
a perseguir a su pequeña hermana entre las ramas rotas del árbol del que cayó el otro día .
También creo que los machos sienten menos de mí y demuestran estar a sus
en su , cuando golpean su pecho con los puños .
Estoy muy feliz de haber vuelto al nublado . La tronchadura de mi tobillo me
incentivó más a con mi investigación .

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