Revolución Industrial
A finales del siglo XVIII, la producción de bienes manufacturados era exclusivamente artesanal; los tejidos, por ejemplo eran fabricados por las familias en las casas, a partir de la materia prima entregada por los comerciantes. Pero en Inglaterra se dieron los primeros pasos para cambiar esta forma de producción. Ello fue posible gracias a que el país contaba con mano de obra abundante y barata que había sido desplazada del campo debido a las transformaciones de la agricultura; también a la acumulación de capital producto del desarrollo comercial; y a la paulatina introducción de innovaciones técnicas.
Las transformaciones de la agricultura.
Entre 1.830 y 1.840, en Inglaterra se presentó un aumento de la producción agrícola que permitió alimentar una población entre dos y tres veces mayor que la del siglo anterior. Esto fue posible gracias a la generalización de métodos de cultivo introducidos desde comienzos del siglo XVIII, como la explotación más racional de los suelos, la rotación de cultivos, la siembra de nuevas semillas, la aplicación de abonos, y la introducción de algunas innovaciones técnicas, como el arado de Rotterdam, que aumento la productividad del trabajo campesino y disminuyó la necesidad de la mano de obra en las actividades agrícolas.
De campesinos a asalariados.
Con el aumento de la población y la demanda de más alimentos, la producción agrícola se volvió rentable, lo cual despertó el interés de los terratenientes ingleses, quienes consiguieron del gobierno la promulgación de leyes para cercar las tierras comunales, antes explotadas por los campesinos, quienes fueron despojados de sus medios de subsistencia.
Las transformaciones en el campo inglés condujeron a la separación de la economía aldeana y a la modernización de la agricultura, lo cual trajo entre otras, dos consecuencias importantes: el aumento de la producción de alimentos y el desplazamiento de los campesinos hacia las ciudades.
Inicialmente, muchos campesinos recurrieron a la manufactura textil conservando su independencia y organizando el proceso productivo según sus propios ritmos de trabajo, aunque dependiendo de los comerciantes, quienes les proporcionaban las materias primas y les compraban los productos elaborados.
Sin embargo, con el aumento del mercado y las exigencias que este imponía, sobre todo en la industria textil algodonera, los comerciantes controlaron cada vez más la producción, hasta el punto de concentrarla a talleres hasta donde convergieron los trabajadores para contratarse como asalariados, perdiendo su independencia y el control del proceso productivo. Por su parte, los campesinos que no emigraron a las ciudades obtenían sus medios de subsistencia como jornaleros de los terratenientes.
Las transformaciones de la agricultura.
Entre 1.830 y 1.840, en Inglaterra se presentó un aumento de la producción agrícola que permitió alimentar una población entre dos y tres veces mayor que la del siglo anterior. Esto fue posible gracias a la generalización de métodos de cultivo introducidos desde comienzos del siglo XVIII, como la explotación más racional de los suelos, la rotación de cultivos, la siembra de nuevas semillas, la aplicación de abonos, y la introducción de algunas innovaciones técnicas, como el arado de Rotterdam, que aumento la productividad del trabajo campesino y disminuyó la necesidad de la mano de obra en las actividades agrícolas.
De campesinos a asalariados.
Con el aumento de la población y la demanda de más alimentos, la producción agrícola se volvió rentable, lo cual despertó el interés de los terratenientes ingleses, quienes consiguieron del gobierno la promulgación de leyes para cercar las tierras comunales, antes explotadas por los campesinos, quienes fueron despojados de sus medios de subsistencia.
Las transformaciones en el campo inglés condujeron a la separación de la economía aldeana y a la modernización de la agricultura, lo cual trajo entre otras, dos consecuencias importantes: el aumento de la producción de alimentos y el desplazamiento de los campesinos hacia las ciudades.
Inicialmente, muchos campesinos recurrieron a la manufactura textil conservando su independencia y organizando el proceso productivo según sus propios ritmos de trabajo, aunque dependiendo de los comerciantes, quienes les proporcionaban las materias primas y les compraban los productos elaborados.
Sin embargo, con el aumento del mercado y las exigencias que este imponía, sobre todo en la industria textil algodonera, los comerciantes controlaron cada vez más la producción, hasta el punto de concentrarla a talleres hasta donde convergieron los trabajadores para contratarse como asalariados, perdiendo su independencia y el control del proceso productivo. Por su parte, los campesinos que no emigraron a las ciudades obtenían sus medios de subsistencia como jornaleros de los terratenientes.
Edad recomendada: 12 años
Creada por
Eivar Sterling Sandoval
Colombia
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