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Crónicas de la Torre I. Cap. V

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Completad los espacios con las palabras que faltan.

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Crónicas de la Torre I. Cap. V

Completad los espacios con las palabras que faltan.

Teresa Pérez Giménez
1

vio solían saludó el levantó él así ti habitación frío traído que sonrió más evitándose qué compañía allí descortés hacía

Dana se había preguntado a menudo , pero nunca había hecho nada
por averiguarlo . Después de cinco años en la Torre no había logrado coger confianza
con el elfo , porque él siempre se mostraba y reservado , aunque nunca había
llegado a ser . Finalmente habían terminado por tratarse con corrección , pero
con indiferencia , ignorándose y el uno al otro la mayor parte de las veces .
Dana llegaba ya a la verja encantada . La abrió con un sencillo hechizo , y
recordando la primera vez que había franqueado aquel portal . Se pasó una mano por el
pelo para apartárselo de la cara y dejó que Lunaestrella avanzara por sola hacia el
establo .
Luego pasó por la cocina antes de subir a su .
- - Buenas noches , Maritta - .
La enana gruñó algo . Estaba ocupada sacándole brillo a una vieja marmita . En la pila se
acumulaban los cacharros sucios que había usado para hacer la cena , junto con los
platos de la comida , todavía sin fregar .
- - Veo que has estado atareada hoy - comentó Dana , y , sin esperar respuesta , pronunció
a media voz las palabras de un hechizo .
Enseguida , los cacharros empezaron a fregarse solos . Maritta levantó la cabeza para
observar prodigio , nada sorprendida .
- - Deberías reservar tus energías para practicar cosas importantes - masculló .
Dana sabía que era su forma de darle las gracias , se encogió de hombros .
- - Te he lo que me has pedido - dijo , y dejó varios saquillos sobre la mesa - .
Romero , nueces , espliego , manzanilla , moras silvestres . . . - enumeró .
Maritta se para ir a echar un vistazo a los saquillos . Dana que , como todas
las noches , tenía su cena preparada en la bandeja . Fenris y el Maestro subírsela
a su habitación mediante la magia , por lo que nunca bajaban a la cocina ; en cambio a
Dana le gustaba cenar allí , haciendo a Maritta . Se sentó , aún con un ojo
puesto en la pila donde los platos se estaban fregando solos , y después echó un vistazo
poco entusiasmado a su humeante plato .
- - Escucha , niña - dijo entonces Maritta - . De mujer a mujer : a te pasa algo .