Son organismos multicelulares y eucariotas.
Son organismos heterótrofos, es decir, adquieren sus nutrientes del exterior.
Son organismos fotosintéticos, de manera que emplean la energía de la luz solar y el dióxido de carbono atmosférico para sintetizar nutrientes, convirtiendo el CO2 y el agua en azúcares y oxígeno.
Existe una inmensa variedad de formas, colores y tamaños en los hongos.
Son primariamente sésiles y viven sujetos al sustrato. Debido a esto, han desarrollado mecanismos de defensa como la producción de sustancias tóxicas en hojas, flores o frutos.
Se reproducen mediante esporas, contando con estructuras anatómicas determinadas para la producción de las mismas, como los ascos (contienen ascosporas) y los basidios (con basidiosporas).
Sus células vegetales (eucariotas) tienen una estructura especial que cuenta con una pared celular compuesta de pectina y celulosa, así como con una gran vacuola central.
Se reproducen sexual y asexualmente. Sus órganos reproductores generan embriones multicelulares.
En cuanto a sus formas de crecimiento, algunos hongos lo hacen en forma de “estante” sobre troncos de árboles, otros en cambio crecen como “copas”, o incluso en forma de “estrella”.