La
señora
Bliss
estaba
desesperada
.
¡
Últimamente
no
encontraba
las
cosas
!
Sólo
en
la
última
semana
había
perdido
un
dedal
,
una
caja
de
cerillas
y
dos
monedas
de
un
euro
.
?
¡
Hay
duendes
!
?
decía
el
señor
Bliss
Y
la
señora
Bliss
se
enfadaba
todavía
más
.
?
¿
Duendes
?
¡
A
lo
mejor
el
duende
eres
tú
!
¡
Todo
el
día
cambiándome
las
cosas
de
sitio
!
Pero
lo
cierto
es
que
la
señora
Bliss
estaba
más
que
enfadada
.
¿
Estaría
perdiendo
la
memoria
?
¡
¿
Y
si
un
día
,
al
despertar
,
no
recordaba
ni
siquiera
su
nombre
?
!
La
señora
Bliss
,
todas
las
tardes
se
echaba
la
siesta
.
Y
aquella
no
era
diferente
.
Después
de
comer
,
como
llevaba
haciendo
los
últimos
30
años
,
se
sentó
en
su
mecedora
y
se
quedó
dormida
.
De
pronto
,
una
criaturita
asomó
la
cabeza
por
detrás
de
un
radiador
.
Se
aseguró
de
que
dormía
y
se
dirigió
hacia
ella
.
Trepó
a
la
mesita
y
miró
hacia
la
puerta
.
Ejercitó
un
poco
los
brazos
,
agarró
las
gafas
de
la
señora
Bliss
y
salió
corriendo
.
?
Te
digo
que
hay
duendes
-
repetía
el
señor
Bliss
?
A
mí
también
me
ha
desaparecido
un
calcetín
y
estuche
de
las
lentillas
.
La
tarde
siguiente
,
mientras
la
señora
Bliss
dormía
,
la
extraña
criaturilla
asomó
de
nuevo
por
detrás
del
radiador
.
Caminó
de
puntillas
.
Agarró
un
pastillero
que
se
le
había
caído
al
suelo
a
la
señora
Bliss
.
Y
corrió
a
esconderse
del
radiador
.
?
¡
Pues
sí
que
hay
duendes
!
-
se
lamentaba
,
ahora
,
la
señora
Bliss
-
Estoy
segura
de
que
se
me
cayó
al
suelo
de
quedarme
dormida
.
La
siguiente
tarde
,
la
señora
Bliss
,
como
todas
las
tardes
durante
los
últimos
30
años
,
se
sentó
en
la
mecedora
de
comer
,
pero
no
se
durmió
.
Entornó
los
ojos
,
fingió
unos
ronquidos
,
y
se
puso
a
esperar
.
Al
rato
,
la
extraña
criaturita
volvió
a
asomar
por
detrás
del
radiador
.
Comprobó
que
la
señora
Bliss
dormía
.
Saltó
a
la
alfombra
y
,
con
paso
,
caminó
hacia
la
caja
de
galletas
de
la
señora
Bliss
.
?
¡
Te
pillé
,
ladronzuelo
!
?
gritó
la
señora
Bliss
,
dándole
un
susto
de
muerte
.
La
extraña
criatura
corrió
como
nunca
y
se
escondió
detrás
del
radiador
.
El
señor
Bliss
y
la
señora
Bliss
desmontaron
el
radiador
para
atrapar
a
la
extraña
criatura
.
?
Te
digo
que
es
un
duende
,
¡
es
un
duende
!
?
repetía
el
señor
Bliss
.
Cuando
retiraron
el
aparato
encontraron
un
agujero
en
la
pared
.
El
señor
Bliss
alumbró
con
una
linterna
y
acercó
un
ojo
.
¡
Lo
que
vio
le
dejó
perplejo
!
¡
Parecía
una
casa
de
muñecas
!
El
pastillero
era
ahora
una
bonita
mesa
de
comedor
,
con
dos
dedales
por
sillas
.
Los
cristales
de
las
gafas
se
habían
convertido
en
dos
tragaluces
que
conectaban
con
el
jardín
.
El
estuche
de
lentillas
servía
ahora
como
lavabo
.
Con
las
dos
monedas
de
un
euro
y
un
mechero
habían
construido
los
fogones
de
una
cocina
.
La
caja
de
cerillas
era
una
confortable
camita
con
mantita
de
calcetín
y
con
las
cerillas
de
su
interior
habían
construido
una
cuna
diminuta
.
De
pronto
,
el
señor
Bliss
notó
que
cuatro
ojillos
inquietos
centelleaban
a
la
luz
de
la
linterna
.
?
¡
¿
Qué
hay
?
!
¡
¡
Qué
ves
!
!
?
se
impacientó
la
señora
Bliss
?
Efectivamente
son
duendes
?
respondió
el
señor
Bliss
-
dos
duendes
recién
casados
que
están
construyendo
su
nueva
casa
.
Desde
aquel
día
,
el
señor
y
la
señora
Bliss
depositaban
detrás
del
radiador
diversos
objetos
para
que
siguieran
amueblando
su
casa
.
Y
todos
los
domingos
,
además
,
les
dejaban
una
galleta
de
la
caja
de
galletas
de
la
señora
Bliss
.
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