ÓSCAR
¡Oye Fran! Me gustaría saber cómo evolucionaron las aldeas. Disponiendo de metal, ¡seguro que todo les iba rodado!
FRAN
Pues sí, de hecho, las aldeas con más metal crecieron más que el resto y poco a poco se convirtieron en poblados, y después… ¡En ciudades!
ÓSCAR
¡Madre mía! Por lo menos vivirían 100 personas en ellas, ¿no?
FRAN
¡Algunas de las ciudades llegaron a estar habitadas por miles de personas!
ÓSCAR
¿Y cómo se defendían de los ataques de otras ciudades? ¡Seguro que no sabrían disparar tan bien como yo en Fortnite!
FRAN
¡En aquel entonces no había armas de fuego! Protegían las ciudades con murallas y contaban con un jefe y guerreros tanto para defender como para atacar.
ÓSCAR
¿Y los que no eran guerreros qué hacían?
FRAN
Bueno pues, muchos a parte de ser guerreros tenían otros oficios como la artesanía, pero la mayor parte de la población era agricultora.
ÓSCAR
¿Agri qué? ¿Agridulce?
FRAN
¡No hombre, agricultora! Un agricultor es aquella persona que trabaja y cuida la tierra, ¡lo hemos visto muchas veces desde el Neolítico!
ÓSCAR
Tampoco tengo memoria de elefante, ¿sabes?
FRAN
Pues en la Edad de los Metales se inventó el arado, que fue muy importante para la agricultura.
ÓSCAR
¿Y qué hacía esa cosa?
FRAN
Básicamente, con el arado podían labrar más tierra en menos tiempo, lo que quiere decir que podían producir alimentos incluso de sobra.
ÓSCAR
¿Y tiraban todo lo que les sobraba? ¡Menudo desperdicio! Con lo que me gusta a mi la verdura para hacerme ensaladas con tomate y pepino.
FRAN
No te sulfures, no tiraban la verdura que les sobraba. La intercambiaban por otros productos como herramientas, tejidos e incluso recipientes de cerámica.
ÓSCAR
¡Entonces hacían intercambios!
FRAN
Sí, aunque es mejor que le llames “trueque’’. Además, de esta forma nació el comercio.
ÓSCAR
¡Qué interesante! Luego intentaré cambiar mis tres gomas de borrar por una Play 5...