la semana tiene siete dias

Es muy práctico disponer de una semana con sus siete días y siete noches porque podemos planear todo lo que podemos hacer y planear nuestras vidas. Pero de dónde viene la semana.
Se piensa que la idea de semana surgió antiguamente cuando los granjeros y comerciantes necesitaban una cantidad de tiempo cada mes para llevar sus productos al mercado.
Algunas tribus del oeste africano tenían una semana de cuatro días y utilizaban la misma palabra para semana y para mercado. En centro América, la semana de mercado tenía cinco días. Los antiguos Asirios, que habitaron lo que hoy es parte del norte de Irak, tenían una semana de mercado de seis días. Para los Incas, que vivieron en el Perú, el lapso era de diez días. Antes del tiempo de Julio César, los romanos observaban un periodo de ocho días entre los días de mercado.
Al programar los días de mercado puede haberse iniciado el concepto de semana, pero ¿cómo se originó la semana de siete días? ¿Sería que siete, de alguna manera era un número mágico? Por razones que se perdieron en la antigüedad, siete siempre ha sido un símbolo de perfección. Hay siete virtudes supremas y siete pecados capitales. En Japón existían siete dioses de la felicidad. Roma está asentada sobre siete colinas. Al mirar hacia los cielos los antiguos veían siete estrellas en la constelación de las Pléyades y siete cuerpos celestes distintos a las estrellas fijas.
Los siete cuerpos celestes que desempeñaron un papel muy importante en la conformación de la semana fueron el Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos entonces: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Como el Sol, todos estos objetos o cuerpos se han movido a través de la constelación del zodiaco, cada uno con su propia velocidad. Se creía que estos cuerpos celestes controlaban la situación de las personas y del mundo que las rodeaba; por esa razón las posiciones y movimientos de esos cuerpos se estudiaron y registraron cuidadosamente.
La superstición y la magia ejercían influencias poderosas en las primeras culturas y aquí tiene sus comienzos el arte antiguo de la astrología. La creencia de que existían solamente siete cuerpos celestes distintos a las estrellas fijas sirvió para fortalecer la convicción de que el siete era un número especial.
De otra parte hace 3000 años los babilonios empezaron a crear la semana de siete días. Ellos la fundamentaron sobre las fases de la Luna, cada una con una duración de siete días, lo cual les fascinaba. En la actualidad, estas fases –Luna nueva, cuarto creciente, Luna llena y cuarto menguante- tienen una influencia importante en el acontecer humano.
En algún momento los babilonios comenzaron a observar los días 7, 14, 21 y 28 de cada mes. Estos días llamados sabáticos, se consideraban sin suerte y se suponía que las personas debían abstenerse de algunas actividades. Posteriormente los días sabáticos se convirtieron en días sabáticos.
En al año 586 A.C los babilonios conquistaron a los judíos quienes adoptaron las costumbres babilónicas incluyendo la aceptación de los días sabáticos. A su vez, los judíos instituyeron su Sabbat o día de descanso. En el primer siglo a.C. los judíos aceptaron el sabático cada séptimo día. No caían días específicos del mes, como sucedía con los sábados babilónicos sino en cualquier fecha como ocurre en la actualidad.
Algunas personas dicen que los judíos establecieron el día séptimo de la semana cuando escribieron su historia sobre el comienzo del mundo. En la Biblia ellos dividen el tiempo en periodo de siete días: Dios creo al mundo en seis días y luego descanso durante un día. Se afirma que la biblia se convirtió, no solo en el libro más leído sino en el más importante de todos los tiempos y esto influyo para que otras naciones adoptaran la costumbre de dividir el tiempo en siete días.
Cualquiera que haya sido la razón, el hecho es que en todo el mundo la semana de siete días se volvió parte del calendario. Prácticamente hemos olvidado que nuestra semana tuvo su origen en una creencia supersticiosa: La magia del número siete.