La venganza de Don MENDO [Fragmento], de Pedro Muñoz Seca. ?start=46;end=68
[0:46] MENDO Ayer... ¡triste día el de ayer!, antes del anochecer y en mi alazán caballero, iba yo con mi escudero por el parque de Alcover; cuando cerca de la cerca que pone fin a la alberca de los predios de Albornoz, me llamó en alto una voz, una voz que insistió terca. Hice en seco una parada, volví el rostro, y la voz era del Marqués de la Moncada, que con otro camarada estaba al pie de una higuera.
[1:08] MAGDALENA ¿Quién era el otro? MENDO El Barón de Vedia, un aragonés antipático y zumbón que está en casa del Marqués de huésped o de gorrón. Hablamos... "¿Y vos qué hacéis?" "Aburrirme"... Y el de Vedia dijo: "No os aburriréis; os propongo, si queréis, jugar a las siete y media".
[1:20] MAGDALENA ¿Y por qué marcó esa hora tan rara? Pudo ser luego... MENDO Es que tu inocencia ignora que a más de una hora, señora, las siete y media es un juego.
MAGDALENA ¿Un juego? MENDO y un juego vil, que no hay que jugarle a ciegas, pues juegas cien veces, mil... y de las mil, ves febril que o te pasas o no llegas. Y el no llegar da dolor, pues indica que mal tasas y eres del otro deudor, mas... ¡ay de ti, si te pasas! ¡Si te pasas es peor!
[1:47] MAGDALENA ¿Y tú... don Mendo? MENDO Serena escúchame, Magdalena, porque no fui yo... ¡no fui!, fue el maldito 'cariñena' que se apoderó de mí. Entre un vaso y otro vaso el Barón las cartas dio; yo vi un cinco, y dije: «paso», el Marqués creyó otro el caso, pidió carta... y se pasó. El Barón dijo: «plantado»; el corazón me dio un brinco; descubrió el naipe tapado y era un seis, el mío era un cinco; el Barón había ganado. Otra y otra vez jugué, pero nada conseguí, quince veces me pasé, y una vez que me planté, volví mi naipe... y perdí. Ya mi peculio en un brete al fin me da Vedia un siete; le pido naipe al de Vedia, y Vedia pone una media sobre el mugriento tapete. Mas otro siete él tenía y también naipe pidió... y negra suerte la mía que siete y media cantó y me ganó en la porfía... Mil dineros se llevó, ¡por vida de Satanás! y más tarde... ¡qué sé yo! de boquilla se jugó, y me ganó diez mil más.
[2:48] MENDO ¿Te haces cargo, di, amor mío? ¿Te haces cargo de mis males? ¿Ves ya por qué no sonrío? ¿Comprendes por qué este río brota de mis lagrimales? Yo mal no quedo, ¡no quedo! ¡Quién diga que yo un borrón eché a mi grey que alce el dedo!... Y como pagar no puedo los dineros al Barón, para acabar de sufrir he decidido... partir a otras tierras, a otro abrigo.
[3:12] MAGDALENA ¿Qué me dices?... ¿Vas a huir? MENDO Voy a huir, pero contigo. MAGDALENA ¿Perdiste el juicio? MENDO No tal. Resuelto está, vive Dios, y si te parece mal, aquí mesmo, este puñal nos dará muerte a los dos: Primero lo hundiré en ti, y te daré muerte, sí, ¡lo juro por Belcebú!, y luego tú misma, tú, hundes el acero en mí. MAGDALENA Es que tú puedes pagar con algo... que alguien te preste... y luego para medrar puedes partir con la hueste que organiza el del Melgar. Y yo aquí te aguardaría y al Conde prepararía, y al volver de tu cruzada nuestra unión sancionaría. MENDO ¡Calla! MAGDALENA ¡Sí!... ¿Qué piensas? MENDO ¡Nada!
[3:52] MAGDALENA ¡Salvado, don Mendo, estás! Pagas las deudas, te vas, luchas, vences y al regreso loca de amor me hallarás aquí. MENDO ¡Nunca!... ¡Nunca!... MAGDALENA ¿Y eso? MENDO Porque... ¿cómo a pagar voy? MAGDALENA ¿Cómo? Si ya tuya soy y lo mío tuyo es... este collar que te doy has de aceptarlo, Marqués. MENDO Es que... MAGDALENA Todo está arreglado. MENDO Pero mi honor... MAGDALENA No comprendo... MENDO Temo que algún deslenguado lo sepa, y diga: "don Mendo es un vil y un desahogado, que sin pizca de aprensión aprovechó la ocasión que él creyó propcia y obvia y pagó a cierto Barón con alhajas de su novia". Y me anulo y me atribulo, y mi horror no dismulo, pues aunque el nombre te asombre quien obra así tiene un nombre, y ese nombre es el de... "chulo".
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