Explicación
1
Hay grandes diferencias entre los efectos que causan las drogas a unas personas y otras, El hacho que una droga haga que te sientas bien o mal depende de muchas circunstancias, Por ejemplo de la forma de consumirla, de tu estado de ánimo antes de tomarla, de las personas que te rodean, de tu estado físico en el momento del consumo y de muchas cosas más.
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Las drogas también se utilizan como fármacos para el tratamiento de enfermedades. Pero debido a los efectos secundarios se utilizan solo para tratar enfermedades muy concretas, con mucha precaución, y se recetan bajo un control muy estricto.
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Todas las drogas influyen en nuestra vida psíquica y pueden alterar, por ejemplo, nuestras emociones, pensamientos y percepción de la realidad, porque afectan al funcionamiento del cerebro. Bajo los efectos de las drogas, te encuentras en un estado de conciencia distinto: todo lo que ves, sientes o piensas es diferente. En ese estado todo puede parecer nuevo, con más colorido, más oscuro, más alegre, más triste, más intenso, o sencillamente extraño.
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El efecto de una droga aumenta a medida que se toma una cantidad mayor. Pero eso no significa que una dosis mayor haga que te sientas mejor. Si te estás divirtiendo después de tomar, por ejemplo, dos vasos de cerveza, eso no significa que te vayas a divertir aún más por tomar cinco. Incluso es probable que con esa cantidad te sientas mal. Sucede lo mismo con las demás drogas.
5
El consumo de alcohol afecta más a las chicas que a los chicos. Durante la adolescencia son mayores los riesgos relacionados con el consumo de drogas. El organismo adolescente está en desarrollo, por lo que resulta más vulnerable. El alcohol puede tener un efecto mayor en las chicas, debido a su constitución física (las chicas, por lo general, pesan menos y el contenido de agua de sus organismos es mayor que el de los chicos). Por ello, tras tomar la misma cantidad de alcohol, el nivel de alcohol en la sangre de las mujeres es un 20% más alto que en la de los hombres.
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Las drogas no ayudan a resolver problemas. Cuando alguien toma drogas puede olvidar sus preocupaciones y problemas durante un corto periodo de tiempo. Pero los problemas siguen sin solucionarse. Es más, tomar drogas puede generar problemas añadidos, porque las drogas tienen efectos no deseados y su consumo en público puede conllevar consecuencias legales.
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El alcohol no sirve para quitar la sed. El alcohol provoca la pérdida de líquidos. Por eso, es arriesgado beber alcohol y tomar a la vez éxtasis o speed (anfetaminas). El riesgo de sufrir un “golpe de calor” se eleva. Para prevenir estos efectos, es aconsejable tomar bebidas no-alcohólicas antes, durante y después de beber alcohol (la mejor es el agua mineral).
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Aunque hayas comido lo suficiente, sigue siendo imposible beber mucho alcohol sin emborracharse. Los efectos del alcohol son más intensos y más rápidos cuando el estómago está vacío. Para evitar emborracharte rápidamente, deberías haber comido algo antes de empezar a beber alcohol. Sin embargo, el alcohol puede acabar emborrachando a cualquiera (a unas personas con tan solo una o dos copas, y a otras tras tomar varias).
9
Después de beber mucho por la tarde/noche, no basta con dormir para estar en forma al día siguiente. Después de abusar del alcohol, el rendimiento físico del día siguiente puede verse afectado. Además, la fase más relajante del sueño (la fase durante la que soñamos) se ve perturbada debido a la gran cantidad de alcohol ingerido, y al día siguiente se ve reducida la capacidad física y la mental.
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Te puedes acostumbrar rápidamente a beber alcohol. El alcohol genera tolerancia, por lo que se necesita una cantidad cada vez mayor para conseguir los mismos efectos. Este proceso conlleva que tu organismo (especialmente el hígado) esté expuesto a cantidades crecientes de alcohol, por lo que la probabilidad de sufrir daños es también mayor.
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Beber alcohol no aumenta las posibilidades de ligar. Puede ocurrir que algunas personas se sientan más valientes y decididas a la hora de flirtear. Pero al contactar con otras personas es importante interpretar sus reacciones de forma apropiada y captar sus emociones. Lo que puede ocurrir como consecuencia del abuso de alcohol es que vayamos demasiado rápido o que no tengamos en cuenta los sentimientos de la otra persona. Otro punto importante es que después de beber mucho tu aspecto puede ser desagradable, aunque no seas consciente de ello.
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No es más seguro tomar “alcopop” (bebidas combinadas de alcohol mezclado con refrescos azucarados). Los “alcopops” contienen tanto alcohol como la cerveza, solo que está mezclado con el refresco. Además, el sabor del alcohol queda oculto tras el sabor dulce del refresco. Esto puede hacer que se beba demasiado sin darse cuenta.
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La cantidad de alcohol no se reduce por mezclarlo con otras bebidas. La cantidad de alcohol puro sigue siendo la misma, aunque se añada zumo, agua o hielo. Se recomienda beber o agua cuando se toma alcohol, para protegerse contra la resaca.
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La resaca es el resultado de haber bebido demasiado alcohol. Es una señal de intoxicación y deshidratación corporal, que generalmente se padece al día siguiente. Cuando se tiene resaca, se siente dolor de cabeza, cansancio, flojera y dificultad de concentración, entre otros síntomas.
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No les gustarás más a otras personas por beber alcohol. Es posible que te sientas más valiente y por ello, pienses que te resulta más fácil relacionarte con otras personas. Pero el abuso de alcohol conduce a la pérdida de control de las situaciones y de autocontrol, corres el riesgo de causar una impresión errónea acerca de tu verdadera personalidad.
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Casi todas las personas que fuman dejan el tabaco después de un tiempo. Mucha gente joven solo fuma durante un corto periodo de tiempo y lo dejan en cuanto se dan cuenta de que no es tan interesante como pensaban. Otras razones para abandonar el tabaco son el alto precio de los cigarrillos, los malos resultados en competiciones deportivas, el aspecto físico y el cuidado de la salud. Las personas adultas que fuman, aunque hayan recaído en varias ocasiones acaban dejándolo, porque su adicción y los diversos síntomas del tabaquismo cada vez pesan más sobre su salud.
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Fumar engorda. Las células cerebrales que transmiten la sensación de hambre y el sentido del gusto o del olfato resultan ligeramente afectadas por la nicotina. Pero cuando lo dejamos, se produce una especie de efecto rebote que lleva a comer más, lo que hace que podamos engordar 3 o 4 kilos.
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Fumar tiene efectos adversos sobre la piel. La circulación sanguínea disminuye, lo que provoca un proceso de degeneración de la piel. La piel de una persona que fuma es más gris y pálida comparada con la de una persona que no fuma. Las arrugas aparecen antes.
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Fumar hace que la cicatrización de la piel sea más lenta. Este es uno de los efectos de la nicotina, en cualquiera de sus formas de presentación. No es un asunto de poca importancia: en el país donde se realizan más operaciones de cirugía estética, Brasil, quienes la practican tienen por norma no iniciar tratamientos con las personas que fuman, porque la cicatrización no alcanza la calidad deseada.
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No existe ninguna droga que no cause dependencia El riesgo de adicción está presente en todas las drogas. Este riesgo es mayor con las drogas que se inyectan, fuman o esnifan, porque llegan al cerebro de forma muy rápida e intensa. Como los efectos son pasajeros, puedes querer repetir la experiencia enseguida, por lo que te expones a perder el control.
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A la gente no le vas a gustar más porque tomes drogas. Las personas que están dispuestas a correr riesgos, pueden sentirse admiradas por las demás durante un periodo de tiempo limitado. Pero, a la larga, las personas más populares son las que tienen control sobre sus vidas. El autocontrol no es una característica típica de quienes toman drogas.
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Todas las respuestas son correctas. Quienes defienden el consumo de cannabis destacan los efectos positivos de esta droga. En realidad, la respuesta C, “Es muy probable que no note ningún efecto” es la correcta para muchas personas. Los efectos que se perciben dependen tanto de factores personales que los beneficios que se “venden” son solo “experiencias singulares”. Sin embargo, las consecuencias negativas no son percibidas inmediatamente por quienes consumen cannabis.
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Razones por las que la gente joven prueba las drogas. Hay muchas razones por las que alguien puede probar una droga. La curiosidad, el deseo de transgredir son algunas de ellas. También existen razones psicológicas, como la creencia de que las drogas ayudan a resolver o a olvidar los problemas, que te hacen ser una persona más enérgica en tus decisiones, etc.
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Si tienes que consumir cannabis cada vez que quieres relajarte, sentirte a gusto, disfrutar de la música o estar con otras personas, puedes correr el riesgo de convertirte en dependiente. Una persona dependiente necesita ayuda y asesoramiento psicológico
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No es menos dañino para el organismo fumar hachís que fumar cigarrillos Puesto que al fumar cannabis (que, generalmente, se mezcla con tabaco) el humo se inhala más profundamente y se mantiene durante más tiempo en los pulmones que al fumar un cigarrillo, el daño que un porro puede causar equivale al daño causado por entre 3 y 5 cigarrillos. Además, la mayoría de la gente que fuma cannabis también fuma cigarrillos, por lo que aumenta el riesgo.
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El cannabis no mejorará tu estado de ánimo cuando te sientas mal. El cannabis no puede resolver tus problemas, solo puede hacer que los olvides durante unas horas. Además, es probable que el cannabis empeore la situación, ya que amplifica las emociones, pero no puede convertir las emociones negativas en positivas. Las personas que se sientan tristes, sufran ansiedad o padezcan trastornos mentales no deberían consumir cannabis. Existe el riesgo de que el cannabis potencie los trastornos mentales que en personas predispuestas pueden aflorar y desarrollarse por completo como consecuencia de su consumo.
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No te volverás más atractivo/a dentro del grupo por consumir cannabis. Si un grupo opina que tomar cannabis es “lo que se debe hacer”, puede que solo te acepten cuando lo consumes. La cuestión es si merece la pena formar parte de un grupo en el que tienes que estar colocado para sentirte a gusto. Aparte de esto, el cannabis puede hacer que la gente se centre en sí misma y no le interesen demasiado las demás personas. Normalmente, esto no resulta agradable para quien quiere conectar con otras personas.
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Hace más daño comer o beber cannabis que fumarlo. Beber o comer cannabis produce unos efectos más fuertes que fumarlo, aunque esos efectos empiecen a sentirse más tarde (aproximadamente una hora). Su consumo por vía oral puede provocar alucinaciones con mayor frecuencia.
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El cannabis no aumenta las posibilidades de ligar. Hay que cuestionar el poder de seducción que aporta el consumo de cannabis. En primer lugar, los ojos se enrojecen, lo cual puede no resultar muy atractivo. Además, bajo los efectos del cannabis se pueden decir cosas sin sentido o volverse introvertido. En ese estado cuesta más comunicarse con las demás personas, por lo que entablar una relación también puede resultar más difícil.
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Todas las respuestas son incorrectas. Estas afirmaciones representan la política de marketing promovida por la industria del cannabis, un potente negocio de semillas y otros productos cuyas técnicas de marketing tienen la misma importancia que en la industria del alcohol y del tabaco.
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Es una leyenda urbana o un malentendido que el consumo de cannabis sea seguro. Al igual que con el alcohol, el 10% de las personas que consumen cannabis se convierten en consumidores crónicos, que realizan usos problemáticos e incluso pueden padecer dependencia psicosocial. Hay, además, algunas personas que tienen una predisposición a la psicosis y que sobrepasan su límite al consumir cannabis (o ciertas setas alucinógenas u otras drogas), pudiendo tener una reacción psicótica grave. Por ello, no se puede decir que sea “seguro”.
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El consumo habitual de cannabis, especialmente durante la adolescencia, puede asociarse con un menor rendimiento académico. Una de las consecuencias del consumo crónico de cannabis es la disminución de las capacidades para resolver problemas complejos. Esa puede ser la explicación de las dificultades académicas señaladas.
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Razones para evitar el éxtasis. Toda emoción generada de forma artificial conlleva riesgos. Además, la sensación de bienestar se mantiene solo mientras duran los efectos de la sustancia. Tras unas horas, la persona consumidora empieza a sentirse ligeramente deprimida durante días.
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Las drogas de síntesis te dan una impresión falsa de tu propia apariencia. Las personas que consumen drogas de síntesis pueden creer que entablan contactos afectuosos e intensos con otras personas cuando escuchan música y bailan bajo los efectos de esas drogas. Pero otras personas pueden tener sentimientos parecidos solo con la influencia de la música y el baile. La diferencia es que no pierden el control de sí mismas y de sus relaciones sociales.
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Es posible depender de las drogas de síntesis. Después de consumir drogas de síntesis con asiduidad, los efectos deseados (sentirse bien y en forma) van siendo cada vez más débiles. Subir la dosis no conlleva una reducción del cansancio y de la tristeza posterior.
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La cocaína no hace que una persona resulte más atractiva. Los efectos de la cocaína hacen que tengas muchas ganas de hablar y que sientas que te vuelves más sociable o interesante. Pero las demás personas lo ven más como un parloteo sin sentido que como una conversación interesante. Además, la cocaína suele causar rinitis permanente y fuerte sudoración, lo cual estropea la 'imagen sexy' que se deseaba conseguir.
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Es posible depender de la cocaína. Es posible depender de la cocaína, especialmente porque una vez pasado 'el subidón', te puedes sentir mal y querer volver a tomarla enseguida para sentirte de nuevo fuerte y con energía.
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Los efectos del consumo de la cocaína. La cocaína produce rápidamente una sensación de euforia. La persona que la toma se siente muy despierta, vital y con ganas de moverse. Los pensamientos fluyen a gran velocidad y a veces la gente habla sin parar y dice cosas sin sentido. La persona se siente enérgica, predispuesta a arriesgarse, y puede comportarse de forma desconsiderada y agresiva. Esto incluye el peligro de menospreciar riesgos reales. Bajo los efectos de la cocaína, no siente hambre, sed o cansancio. Cuando sus efectos desaparecen, se siente triste, tensa y ansiosa durante un período aún más prologado, y con necesidad de volver a tomar cocaína.
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No se mejora el rendimiento escolar tomando cocaína. El consumo de cocaína hace perder el control sobre los pensamientos. Además, cuando una persona consume cocaína tiene una idea equivocada de sus propias capacidades: cree saberlo todo, lo cual, evidentemente, no es cierto.
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La heroína es una droga muy adictiva. El consumo habitual de heroína produce dependencia física y psíquica al cabo de poco tiempo. Esto significa que la persona se siente mal sin heroína (le duele todo el cuerpo, no puede dormir, siente ansiedad, cansancio y debilidad) y tiene unas ganas intensas de volver a tomarla. Las personas dependientes de la heroína no suelen interesarse por nada más. La heroína se convierte en el eje central de sus vidas.
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Fumar o esnifar heroína no es menos peligroso. Tanto si fumas, como si esnifas o te inyectas heroína, estás poniendo en peligro tu salud física y mental. La heroína crea dependencia si se consume con regularidad.
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¿Qué sienten las personas que consumen heroína? La heroína adormece los sentidos y hace más lenta la capacidad general de reacción (retrasando la capacidad para hablar y pensar). Las personas que consumen heroína se aíslan de las demás y no se interesan por otras personas ni otros temas.
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Es peligroso inhalar pintura, pegamento o gas. Estas sustancias son tóxicas y su inhalación puede causar lesiones cerebrales y físicas (ej.: en los pulmones). Además, la inhalación de estas sustancias provoca un estado similar a la borrachera, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
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Las sustancias inhalables como la gasolina, el pegamento o el aguarrás también son drogas. Lo que son porque influyen en nuestras emociones, percepción de la realidad, pensamientos y juicio, y porque quienes las usan para modificar su estado de ánimo pueden acabar dependiendo de ellas.