Relacionar Columnas Juego De TronosVersión en línea Relacionar por Rick Val 1 Tyrion Lannister se sabía los mapas tan bien como cualquiera, pero dos semanas en el miserable sendero de cabras en que se convertía allí el camino Real 2 La ardilla dio algo de sustancia al guiso, y aquella noche lo comieron junto a la hoguera, acompañado de pan de centeno y queso duro. Tyrion pasó de mano en mano su odre de vino hasta que incluso Yoren se suavizó. 3 El camino, siempre flanqueado al oeste por las montañas, discurría hacia el norte y hacia el noroeste a través de un bosque, una densa extensión de robles, almácigos y brezo negro, que parecía más antiguo y más oscuro que ninguno de los que Tyrion había visto en la vida. 4 Tyrion las aceptó con una sonrisa. Cuando salieron de Invernalia llevaba las ropas más abrigadas que tenía, y pronto descubrió que eran del todo insuficientes. Allí arriba hacía frío, mucho frío, cada vez más. 5 Tyrion pasó un largo rato en el sótano húmedo mientras se le consumía la antorcha, contemplando el enorme cráneo de ojos vacíos de Balerion, 6 «El color negro del huesodragón se debe a su alto contenido en hierro —le informó el libro. Es fuerte como el acero, pero más ligero y mucho más flexible, y por supuesto completamente incombustible. Los dothrakis valoran en sobremanera los arcos de huesodragón, y no es de extrañar. 7 El chico absorbió la información en silencio. No tenía el apellido de los Stark, pero sí el rostro: 8 Tyrion Lannister sintió que la rabia hervía en su interior, y la dominó a fuerza de voluntad. No era la primera vez que lo humillaban, y tampoco sería la última. Y quizá en aquella ocasión se lo merecía. Alargado, solemne, cauteloso, un rostro que no delataba nada. Fuera quien fuera su madre, no había dejado gran cosa en su hijo. le habían demostrado que los mapas eran una cosa, y el terreno, otra muy diferente. Uno a uno, se fueron retirando a las tiendas para dormir, todos menos Jon Nieve, a quien había correspondido el primer turno de guardia. Tyrion fue el último en retirarse, como siempre. tratando de aprehender el tamaño del animal cuando vivía, de imaginar cómo habría sido cuando desplegaba las grandes alas negras y surcaba los cielos, respirando fuego. —Estaría muy agradecido si me prestaras tu ayuda, Jon —dijo con voz —Al suelo, Fantasma —dijo el chico. dócil. Por las noches las temperaturas descendían muy por debajo del punto de congelación, y cuando soplaba el viento era como un cuchillo que cortara sus mejores ropajes de lana. Sin duda Stark lamentaba ya su impulso caballeroso. Quizá hubiera aprendido la lección. Los Lannister no rechazaban nada, ni elegantemente ni de ninguna manera. Benjen Stark le dijo que era el Bosque de los Lobos; era cierto, en las noches parecía cobrar vida con los aullidos de manadas lejanas, y los de otras no tan lejanas. El lobo huargo albino de Jon Nieve alzaba Estos arcos tienen un alcance muy superior a los de madera.» Tyrion sentía una fascinación morbosa por los dragones.