Sólo hasta casi 2000
años más tarde comenzaron a realizarse observaciones sistemáticas y cuidadosas
de los fenómenos eléctricos, entre las cuales destacan los trabajos del médico
inglés William Gilbert. Este científico observó que algunos otros cuerpos se
comportan como el ámbar al frotarlos, y que la atracción que ejercen se
manifiesta sobre cualquier otro cuerpo, aun cuando no sea ligero.
Como la designación griega que corresponde al
ámbar es elektron, Gilbert comenzó a usar el término “eléctrico” para referirse
a todo cuerpo que se comportaba como el ámbar, con lo cual surgieron las
expresiones “electricidad”, “electrizar”, “electrización”, etcétera.