Por
la
tarde
,
de
regreso
a
casa
,
encontramos
una
enorme
de
mar
clavada
por
el
en
el
marco
de
la
,
y
era
y
fosforescente
y
parecía
un
maleficio
de
gitanos
,
con
los
ojos
todavía
vivos
y
los
dientes
de
en
las
mandíbulas
despernancadas
.
Ni
mi
hermano
ni
yo
volvimos
a
ser
tan
como
entonces
,
pero
yo
estaba
dispuesto
a
soportarla
hasta
el
final
,
pues
sabía
que
de
todos
modos
su
razón
había
de
contra
la
nuestra
.
Mi
hermano
,
en
cambio
,
se
le
enfrentó
con
todo
el
ímpetu
de
su
,
y
el
verano
feliz
se
nos
volvió
infernal
.
El
episodio
de
la
fue
el
último
.
Aquella
misma
noche
,
mientras
oíamos
desde
la
cama
el
trajín
de
la
señora
en
la
casa
dormida
,
mi
hermano
soltó
de
golpe
toda
la
carga
del
que
se
le
estaba
en
el
.
?
La
voy
a
?
dijo
.
Dos
días
después
de
la
sustitución
del
vino
,
mientras
desayunábamos
,
mi
hermano
me
hizo
caer
en
la
cuenta
con
una
mirada
de
desencanto
que
la
botella
estaba
intacta
en
el
.
Eso
fue
un
viernes
,
y
la
botella
siguió
durante
el
fin
de
semana
.
Pero
la
noche
del
martes
,
la
señora
Forbes
se
bebió
la
mientras
veía
las
películas
de
la
televisión
.
.
La
señora
Forbes
no
estaba
sobre
la
cama
revuelta
.
Estaba
tirada
de
lado
en
el
suelo
,
desnuda
en
un
charco
de
sangre
que
había
teñido
por
completo
el
de
la
habitación
,
y
tenía
el
cuerpo
cribado
a
puñaladas
.
Eran
heridas
de
muerte
,
y
por
la
cantidad
y
la
sevicia
se
notaba
que
habían
sido
asestadas
con
la
furia
de
un
amor
sin
,
y
que
la
señora
Forbes
las
había
recibido
con
la
misma
pasión
,
sin
gritar
siquiera
,
sin
llorar
,
recitando
a
Schiller
con
su
hermosa
voz
de
soldado
,
consciente
de
que
era
el
precio
de
su
verano
feliz
.