La dieta de la mayoría de depredadores tope es variada, esto les
permite cambiar su menú sin problemas cuando haya poca cantidad de
ciertas especies. De este modo permiten ayudan a sus presas a subsistir.
Los depredadores en la cúspide de la cadena alimenticia, afectan las
dinámicas poblacionales y pueden controlar la distribución espacial de
sus potenciales presas mediante la intimidación.
El temor a ser presa de los tiburones
hace que algunas especies alteren el uso de sus hábitat, su nivel de
actividad y dando lugar a cambios en la abundancia en niveles inferiores
de la cadena alimentaria o trófica. Así, los tiburones tienen un efecto
en cascada en los ecosistemas, influenciando la estructura de la
comunidad.
La comparación entre zonas con y sin depredadores demuestra que estos
proporcionan no solo mayor variedad de especies sino también una alta
densidad de individuos, mientras las áreas sin depredadores experimentan
ausencia de ciertas especies. Sin los depredadores tope, especies en un
nivel más bajo de la cadena alimentaria pueden comer sin control,
especies herbívoras pueden consumir en exceso la vegetación y se puede
incrementar la competencia que afecta la riqueza y abundancia en el
ecosistema.