Envejecimiento
y Trisomía 21
Las
condiciones de vida de las mayorías de
personas discapacitadas, independientemente de la gravedad de sus afectaciones
las conducían a una muerte
prematura. Había poco o ningún interés sobre su estado de salud,
sus capacidades adaptivas y eran mucho menor la preocupación por adecuarse a las
necesidades propias de los cambios relacionados con la edad. La mayoría de las sociedades
no esperaban que estas personas sobrevivieran hasta edades adultas, menos todavía que llegasen a envejecer.
Siendo en
1929 la esperanza de vida era de 9 años, en
1983 había aumentado hasta los
25 años, en 1986 hasta los
47 años en 1997 era de 49
años y de 56 años en adelante en el
2002.
El 75% de
los adultos con trisomía 21
mayores de 60 años
muestran signos y síntomas de
Alzheimer en grado variable, los más
frecuentes suelen ser convulsiones, cambios en la personalidad, signos neurológicos focales, apatía y se vuelven malos
conversadores.