- El crecimiento y la formación de los hijos
Si la pareja ha tenido estabilidad, afinidad y congruencia esenciales (salud psicológica mínima), los hijos crecerán con actitudes positivas y darán motivos de satisfacción a sus padres, lo cual contribuirá a su cohesión como pareja, sintiéndose orgullosos de sus resultados educativos. Sin embargo, cuando los hijos resultan “problemáticos”, ya sea por alguna alteración fisiológica o bien como efecto de la inestabilidad, la falta de afinidad y la falta de congruencia de sus padres, entonces éstos tenderán a culparse mutuamente de ese resultado y, por tanto, tensionarán también su relación de pareja, lo que afectará toda la vida familiar de manera proporcional a la frustración de las expectativas hacia los hijos, generando espirales de violencia verbal y a veces corporal hasta niveles insoportables que propicien la ruptura.