Al utilizar categorías que permitieran dar un carácter científico a las Ciencias Sociales, se tomaron criterios utilizados por las Ciencias de la Naturaleza, así se construyeron dos corrientes teóricas del pensamiento social, el Funcionalismo y el Estructuralismo.
La concepción funcionalista y estructuralista de la sociedad son los antecedentes teóricos del enfoque Estructural-Funcionalismo.
La corriente Funcionalista, analizada en el fascículo 1, está ligada a la obra de Emilio Durkheim, Radcliffe-Brown, Branislaw, Malinowski, Robert Merton, entre otros, donde sus rasgos más característicos son el intento por explicar los fenómenos sociales en términos de su relación con algún sistema; asimismo determinar el papel que un patrón de comportamiento observado juega en el mantenimiento de un sistema más amplio. De ahí que las partes integradoras de la sociedad deben explicarse como un todo que tiende al equilibrio en el orden social.
La concepción estructuralista tiene su génesis en el estudio de la lingüística de Saussure. Para conformar el concepto de estructura como un sistema de signos, que posteriormente retomó Claude Levi-Strauss como etnólogo y sociólogo de las culturas primitivas, donde define al método estructuralista que enmarca a la sociedad como un todo.