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El peregrino pide confesión

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Comentario pragmático de textos literarios

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El Salvador

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El peregrino pide confesiónVersión en línea

Comentario pragmático de textos literarios

por Formación Virtual
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El peregrino pide confesión

2. EL PEREGRINO PIDE CONFESIÓN

«Quiero confesarme -dijo el peregrino-. No sé los años que hace que no lo hago, pero ahora lo necesito. ¿Hay algo más grato a Dios que un pecador arrepentido?»

2.1. La primera intervención del viajero constituye un acto de habla indirecto (cf. Searle, 1975). En la realización de determinadas acciones verbales nos expresamos como si estuviéramos ejecutando una acción diferente a la que se enuncia. En actos directivos como las peticiones y ruegos, en los que el emisor se sitúa discursivamente en un nivel inferior al del destinatario, se evita de forma categórica el imperativo y se acude a interrogaciones (¿Puedes ayudarme a abrir la maleta?), expresiones de deseo (Me gustaría que bajaras estas botellas al sótano)... En el texto hallamos ejemplificada esta situación:

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a) El de codificación-descodificación, que cifra y descifra las explicaturas, es decir, la parte emergent e o explícita de los mensajes, lo que se ajusta a la competencia lingüística (ese conocimiento de las unidades y reglas de combinación que es sistemático, intersubjetivo y constante en todas las actuaciones).

b) El modelo de ostensión-inferencia, que tiene por objeto explicar la forma en la que se construyen y reconstruyen las implicaturas, es decir, la información sumergida, no codificada.

La expresión lingüística Quiero confesarme presenta un significado que es constante en todos sus usos («Quiero confesarme»). A él llegamos por medio de una descodificación. El salto que media entre la expresión de dicho deseo y el acto de habla petición se salva por vía de razonamiento.

2.2. Los incisos de estilo directo. Las construcciones de estilo directo tienen por objeto reproducir de una forma pretendidamente literal un acto de discurso presente, futuro o, lo que es más frecuente, pasado. Dichas estructuras constan de dos partes, el segmento-A y el segmento-B. Este último intenta reproducir de forma exacta, en referencia de dicto, el texto original. Por el contrario, el segmento-A recoge todos los actantes y circunstanciasdel enunciado primitivo que el hablante actual considera pertinente reproducir:

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Es necesario, por consiguiente, diferenciar el valor lingüístico interrogación de los valores pragmáticos que un enunciado interrogativo pueda adquirir en el discurso. No se ha de confundir, por consiguiente, interrogación con pregunta. La interrogación es una modalidad lingüística que tiene por misión presentar un enunciado abierto, con una incógnita referencial sin resolver. Por el contrario, la pregunta es un acto de habla que solicita información a través de un enunciado interrogativo (cf. Escandell, 1988:427).

La distinción entre enunciado lingüístico y enunciado pragmático nos permite explicar también cómo una secuencia interrogativa muchas veces no sólo no pregunta, sino que afirma. Es el caso de las interrogaciones retóricas: introducen una afirmación de sentido contrario al que refleja el enunciado inmanente. Las interrogacione s positivas se traducen en enunciados negativos y viceversa. Cuando aparecen interrogativos e indefinidos, se han de interpretar en su versión opuesta (cf. Id.:514 y ss.):

-¿Dónde hallarás un cariño como el mío? = En ningún lugar.

-¿ Quién te ayudará sino tus padres? = Nadie.

-¿Cómo me puedo tragar esa barbaridad? = De ningún modo.

-¿Qué necesidad tienes ya de trabajar? = No... ninguna.

La interpretación de una interrogación retórica se realiza por vía inferencial. Cuando el emisor la construye parte de una hipótesis o conocimiento que supone compartido por su destinatario y que este no tendrá dificultades en recuperar. En la mayoría de los casos se apoyan en principios de amplia difusión cultural. Son los tópoi aristotélicos que rescatan Ducrot y Anscombre en su teoría de la argumentación. Cuando el peregrino dirige a los sacerdotes la interrogación retórica ¿Hay algo más grato a Dios que un pecador arrepentido? toma como base un pasaje evangélico que conocen a la perfección: «En verdad, en verdad os digo que por cada pecador arrepentido habrá fiesta en el reino de los cielos».

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¿Qué misión discursiva posee el contenido de esta interrogación retórica? No afecta a la petición previa (Quiero confesarme), pues ya está justificada. Pragmáticamente el emisor siempr e construye su mensaj e efectuand o un a reconstrucción hipotética de cuáles son los conocimientos y de cuál es la actitud del destinatario. Tras las barbaridades que ha dicho y hecho, el peregrino tiene la seguridad de que los sacerdotes se van a negar a confesarlo. Intenta quebra r su resistencia por medio de una ofensiva dialéctica gradual. Previamente ya les había dicho:

-«Espero que no me nieguen lo que les voy a pedir» (pág.70).

-«Miento más que hablo, como ya les dije. Pero esto no pueden negármelo» (Ibid.).

-«Creo que hay un Ser Supremo allá arriba, y que en su misericordia es en lo único que podemos confiar» (Ibid.).

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3.2. El uso de expresiones ambiguas carga con el riesgo de que el interlocutor se apoye en la interpretación no preferida para iniciar una fuga dialéctica hacia lo que a él le interesa. En otro lugar cito un ejemplo de La vida es sueño (vid. Gutiérrez, 1989:138):

SEGISM.: - Cansóme cómo llegó grave a hablarme, y lo primero que hizo, se puso el sombrero.

CRIADO - ES grande.

SEGISM.: - Mayor soy yo.

Esta posibilidad de fuga la ofrece también la distancia existente entre el significado y el sentido. Desde el punto de vista lingüístico, la secuencia Quiero confesarme es la expresión de un deseo, mientras que desde el punto de vista pragmático se configura como un a petición (casi exigencia). No es que don Benito no capte el valor discursivo, sino que aferrándose al valor literal, lógico, ofrece de forma simultánea un consejo y una negativa. En su intervención acude a un consejo prototípico:

Si alguien se halla en pecado y desea confesión debe realizar un buen examen de conciencia y buscar un sacerdote. Es esta última parte (Busque un sacerdote en cualquier parroquia) la forma indirect a a la que acude para negarle la confesión. Del acto mismo de aconsejarle que busque un sacerdote, cuando allí mismo hay cinco, se deriva que busque otro sacerdote distinto, que ellos no lo confesarán.

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4. LA ACLARACIÓN DEL PEREGRINO

4.1. El peregrino se rebela al observar que el sacerdote se apoya en la literalidad de sus palabras para denegarle la confesión: No me ha entendido. Protesta porque la interpretación literal significa un fracaso comunicativo. Lo que intentaba transmitir es esencial al mensaje. Con ello realiza un diagnóstico de la situación y un análisis pragmático: para comprender un mensaje no sólo es necesario descodificar el significado lingüístico, sino también los valores intencionales, de sentido.

4.2. La Máxima de Relación del Principio de Cooperación se resolvía en un imperativo muy genérico: Sé relevante (Grice, 1975:517). Grice no ofrece el desarrollo teórico que promete de este principio. Podemos sacar alguna interpretación a partir de un ejemplo de aplicación que propone para otro tipo de transacciones:

«III. Relación. Y espero que la contribución de mi compañero de faenas resulte apropiada a los fines inmediatos de cada uno de los estadios de la transacción; si estoy mezclando los ingredientes de un pastel, no espero que se me entregue un buen libro, ni siquiera un portaollas (si bien esto último podría ser una contribución apropiada en un momento posterior)» (Id.:518).

Es decir, hemos de atenernos a las exigencias inmediatas del discurso: se ha de entregar el portaollas en el momento justo. Levinson (1983:98) aporta un ejemplo lingüístico semejante. La aplicación de la Máxima de Relación a una secuencia como Pásame la sal nos conduc e a un a implicatura : Pásame la sal ahora.

4.3. ¿Dónde reside la violación discursiva efectuada por don Benito? ¿Por qué no se alcanza el sentido? O mejor, ¿a qué principio pragmático hace oídos sordos para simular que no ha captado la intención ? El mismo peregrin o ofrece la clave: la Máxima de Relación. Ser cooperante ante el mensaje Quiero confesarme emitido ante varios sacerdotes significa aplicar este principio para llegar a las implicaturas:

-«Quiero confesarme ahora mismo. Quiero que uno de ustedes me confiese».

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5. INTENTOS DE RUPTURA COMUNICATIVA

5.1. La negativa de don Fidel. Los actos de discurso tienen la facultad de limitar el campo de actuación de nuestros destinatarios. Ducrot (1972:20) mostraba cómo tras una pregunt a el interlocutor se ve inmerso en una nueva tesitura deontológica: la pregunta que recibe le genera la obligación de responder. De igual forma, tras una petición las posibilidades de actuación se limitan a dos: acceder o no acceder. La concesión es la respuesta preferida, la no marcada. Por el contrario, según el Análisis Conversacional, la negativa constituye el par adyacente marcado, el más conflictivo y el que precisa una justificación.

Estas observaciones son válidas en un diálogo entre protagonistas cooperantes. Pero aquí se produc e una quiebra progresiva en el sustrato más profundo de la conversación. Primero don Benito le da una negativa indirecta. Ahora don Fidel le ruega que se calle. Y dentro de poco Manolo le ordenará imperativamente que los deje en paz.

En la intervención de don Fidel hallamos dos ruegos, un consejo y una explicación. Pero, como se hallan tras una petición, adquieren un nuevo sentido (son actos de habla indirectos): denegación y justificación:

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5.2. Protesta del peregrino. El peregrino comprende perfectamente que tras los ruegos, el consejo y la explicación de don Fidel se esconde una nueva negativa a lo que solicita. Pedirle que se calle y que los deje tranquilos implica rogarle que renuncie a su petición, lo que a su vez significa una voluntad clara de no confesarlo. Es una conclusión a la que se llega por una cadena de inferencias.

La negativa de los sacerdotes es una decisión que, como todo fallo adverso, puede provocar un desacuerdo en el interesado. Si la decisión se efectúa sobre una súplica, un ruego o una petición, las posibilidades de reclamación son muy limitadas. El responsable se halla en superioridad real y en superioridad discursiva. Otra cosa ocurre con las exigencias. El sujeto reclamante se apoya en un principio que está por encima de las dos instancias discursivas. Si se produce la denegación, el interesado, apoyándose en dicho principio, está autorizado a reclamar y protestar.

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