En el 1895 William G. Morgan asumió como director de educación física en la YMCA y se encontró con un problema, debía proporcionar el ejercicio sin que fuera demasiado agresivo o intenso. Notaba que el juego de baloncesto, a pesar de ser muy popular, resultaba demasiado agotador.
Quería una alternativa en la que no fuese necesario dar tantos golpes o sacudidas, de modo que se adaptara a un público más amplio. Morgan tomó ideas de diversos deportes, como la pelota del baloncesto, la red del tenis, el uso de las manos del balonmano y el concepto de entradas del béisbol. Así, creó una disciplina que denominó “mintonette”.
Un año después, el juego mintonette resultó muy popular y obtuvo una audiencia en la Conferencia de Directores Físicos de la asociación YMCA, celebrada en Massachusetts. Allí, el Dr. Alfred Halstead, profesor del Springfield College, observó que lo más destacado del juego era el voleo del balón sobre la red. Por eso, sugirió rebautizarlo “volley ball”.