Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, nació en 1689. Fue
el pensador francés que formuló la teoría de la separación de poderes, la
cual ha sido implementada en diversas constituciones del mundo.
Montesquieu escribió una de las obras más influyentes del pensamiento político contemporáneo: El espíritu de las leyes, en la que revisa las
Mapa 9.1 Europa en el siglo
xviii, el llamado Siglo de las
Luces.
diversas formas de organización política existentes en el mundo en esa
época. En concreto, al tratar las modernas leyes inglesas (en el capítulo
vi, “De la constitución de Inglaterra”), hace una defensa inequívoca de la
necesidad de que los poderes de un Estado, tres según sus concepciones
políticas (legislativo, ejecutivo y judicial), no se encuentren nunca en
manos de la misma persona u organismo, sino separados, de modo que
unos sirvan para frenar los posibles abusos de los demás. Se evita así
caer en la tiranía. Su teoría del equilibrio de poderes no sólo influirá en
los redactores de la Constitución francesa de 1791, sino que ya antes puede
detectarse su influencia en personajes como Thomas Jefferson, quien dirigió
el proceso de independencia de las 13 colonias y participó en la redacción
de la Declaración de Derechos del estado de Virginia y de la Constitución de
Estados Unidos de América en 1787.Emmanuel Kant vivió en el siglo xviii, es decir, en el cruce antagónico de
alternativas caracterizado por las diversas interpretaciones de la razón,
especialmente la racionalista y la empirista. Él creyó que en esa situación
la tarea del filósofo era hacer una crítica de la razón: llamarla a juicio
para tratar de resolver el antagonismo entre el dogmatismo racionalista,
que despreciaba la experiencia, y el escepticismo empirista, que reducía
el pensamiento a lo dado en la sensación.
Kant, al hacer la crítica de la razón, se refería a la razón pura, o sea, a
la esencia de la razón, considerada ésta como la facultad que establece,
desde sí misma Otra de las grandes obras de Emmanuel Kant es la Crítica de la razón
práctica. La frase “razón práctica” equivale a “voluntad pura”, es decir,
lo opuesto a voluntad empírica. Esta última es la voluntad real de cada
sujeto humano; aquélla es la voluntad ideal que actúa y desea de acuerdo con determinaciones o principios derivados de su propia esencia. La
razón práctica se llama así porque, en cuanto razón, formula principios
y, en cuanto práctica, los principios que formula se refieren a la conducta
humana.
Los principios formulados por la razón práctica son a priori y formales, porque no tienen contenido: no dicen qué debemos hacer, sino sólo
cómo debemos obrar; son objetivos y universales, porque valen para
todo ser racional; son autónomos, porque nacen de la propia voluntad,
de manera que se podría decir que la razón se impone la ley a sí misma.
Entre los principios que expresan determinaciones objetivas para la
voluntad hay uno que tiene el carácter de ley fundamental; Kant también
lo llamó “imperativo categórico” y afirmaba: “Obra de tal modo que
la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como
principio de una legislación universal”.