La termodinámica es una de las ramas de la química con mayor uso práctico en nuestra vida cotidiana, sobre todo en la ingeniería y la ciencia exacta. Este campo estudia las reacciones energéticas y la viabilidad en cuanto a las reacciones químicas.
Por ello, es considerada un pilar fundamental en los procesos que se llevan a cabo al interior de las industrias química y petroquímica, entre otras.
Si observamos con detenimiento nuestro entorno, hallaremos diversas aplicaciones de la termodinámica en nuestras vidas. Por ejemplo, cuando almacenamos la energía en baterías que luego colocamos en nuestros celulares o computadoras, así como en los autos eléctricos. Todos los usos de la termodinámica parten de tres leyes elementales.
Leyes de la termodinámica
La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Se aplica en el funcionamiento de los motores de los autos, durante la etapa de combustión, o al hervir agua en una tetera, cuando se genera el vapor.
El calor se transfiere de un cuerpo con mayor temperatura a otro con menor temperatura, nunca al revés. Lo notamos cuando ponemos una mano sobre una superficie fría y luego de unos minutos, esta superficie queda más caliente.
Si dos o más cuerpos con diferentes temperaturas entran en contacto, luego de un tiempo, ambos conservarán la misma temperatura. Se observa cuando colocamos hielo a un vaso con agua. El hielo se derrite y el agua alcanza un equilibrio térmico.
Podemos concluir que la termodinámica interviene en muchos procesos empíricos y útiles en nuestra vida diaria, aunque no sepamos a conciencia cuándo ni cómo suceden. Entender y experimentar los principios fundamentales de transformación y conservación de la energía pueden ayudarnos, incluso, a salvar vidas.