En el ejemplo que utilizamos en el primer apartado sobre el camino que de pronto se bifurca, vimos que el caminante habría de tomar una decisión sobre cuál ruta tomar; mencionamos que para llegar a una decisión que implique menos riesgos, es necesario hacer uso de la experiencia vivida, esta experiencia parte de una observación analítica de la realidad que se presenta, luego de estos datos observados, es necesario el análisis de las posibilidades y es aquí donde el intelecto se pone en marcha.
Ciertamente, la ética parte de un conocimiento de la conducta humana que se da en los individuos de cualquier época y latitud, primero de la observación, luego viene la evaluación de lo observado, para finalmente dejar paso a la percepción axiológica, es decir, se trata de descubrir, de forma subjetiva, los horizontes superiores de valores que no habíamos sido capaces de percibir a simple vista.
De los tres pasos anteriores, la percepción axiológica tiene supremacía, ya que no podemos quedarnos con los datos que hemos observado, sino llegar a la profundidad de la situación que estamos viviendo para tomar la decisión adecuada y correcta.
En síntesis, podemos decir que el método de la ética consta de tres momentos (no necesariamente cronológicos):