La literatura colombiana se caracteriza por dos razones principales, la primera es por su estilo de escribir que es fresco, coloquial y de nuestro diario vivir; por otro lado, está el tipo de historias que se cuentan y que generalmente están estrechamente relacionadas con nuestra cultura. Su infinita creatividad nos ha mostrado, desde siempre, ingeniosos relatos capaces de cautivar, inspirar, educar y hacernos soñar”, indica Juan José Daza, funcionario de Buscalibre.
1. Pilar Quintana ganadora del Premio Alfagura de Novela 2021 con su novela “Los abismos”, participó con el seudónimo de “Claudia de Colombia”, concurso con el que compitió contra más de 2.400 trabajos procedentes de España y Latinoamérica. El director del concurso, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince reconoció que no identificó la autoría del texto hasta el momento de la elección.
2. Andrés Caicedo, el escritor caleño de “¡Que viva la música!”, se quitó la vida el mismo día que recibió el primer ejemplar de la novela, en 1977 y cuando tan sólo tenía 25 años. Su obra, que se volvió un símbolo para una generación, se iba a llamar originalmente “Rumbonón en la Calle Luna, Calle Sol”.
3. La novela “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, fue tecleada en una máquina de escribir eléctrica, marca Smith Corona en un período de 18 meses, entre los años de 1965 y 1966. El libro ha sido traducido a 49 idiomas, cuenta con 100 ediciones diferentes y ha vendido más de 50 millones de ejemplares.
5. Las increíbles descripciones realizadas por el escritor Jorge Isaacs en su novela “María” (1867) de la hacienda El Paraíso y sus alrededores, en el Valle del Cauca, despertaron la curiosidad de los japoneses, quienes convirtieron esta zona en la primera colonia nipona en territorio colombiano. Entre 1929 y 1935, 24 familias de agricultores emigraron al país y se instalaron cerca de los sitios donde se desarrolló la dramática historia entre María y Efraín.
6. Rafael Pombo (1833 – 1912), escritor de fábulas y gran promotor de la literatura infantil en Latinoamérica, reconocido por obras como: El renacuajo paseador, La pobre viejecita, Mirringa mirronga y Simón el bobito, era reconocido además, según lo relató el poeta Darío Jaramillo, por recitar poesías improvisadas en los matrimonios de la época en Bogotá.