A continuación te encontrarás con una actividad que te permitirá evaluar los conocimientos adquiridos durante todo el curso "Soy Malagana". Disfruta el desarrollo de esta evaluación .

Lee el siguientes texto y contesta las preguntas

De estos antiguos pobladores, que habitaron las cercanías del río Bolo alrededor del año 200 a. C., apenas se empezó a conocer información desde 1994, cuando por un descubrimiento accidental fueron hallados los primeros elementos que evidenciaron su existencia.

Sin embargo, sus imponentes receptáculos, pulidas cerámicas y portentosas figuras de oro atrajeron a curiosos, guaqueros y saqueadores que, sin control alguno, extrajeron todo tipo de piezas y despojaron así a los científicos de una valiosa información para la reconstrucción social y organizativa de estos pueblos.

Pese a esta situación, el Grupo de Investigación en Ergonomía y Factores Humanos de la UN en Palmira emprendió la búsqueda de imágenes de dichos objetos, pues se sabía que habían sido fotografiados por guaqueros y pobladores como prueba del hallazgo.

“Nos acercamos a la comunidad con el fin de explicarles a los habitantes la importancia de compartir esas reproducciones inéditas para reconstruir iconográficamente la historia malagana. Luego nos surgió la idea de elaborar diseños con las piezas, como una forma de rescatar la cultura”, manifiesta Phanor Mondragón, coordinador del proyecto.

Así, con la ayuda de los actuales pobladores de El Bolo, los investigadores han logrado recolectar 180 fotografías que revelan objetos del hallazgo, única evidencia de los vestigios que, poco a poco, fueron vendidos por los lugareños a particulares.

Con dichas imágenes, los diseñadores industriales de la sede han elaborado productos de uso cotidiano, con los cuales no solo pretenden destacar la importancia de este pueblo, sino también educar a la comunidad en su fabricación, como una forma de sustentabilidad.