2. El rol del profesor en
la educación a distancia
En general, la función básica del profesor tutor en la modalidad virtual
en los centros de estudio consiste en servir de ayuda a los alumnos para que
asimilen los conocimientos, que dominen los objetivos de aprendizaje
programados en los materiales y para que, con base en las orientaciones
procedentes lleguen a obtener la formación académica deseada.
El ejercicio del rol del tutor y su reflexión sobre la enseñanza se
centran en el aprendizaje, por esto su figura a diferencia de las propuestas
presenciales, ya no es la del experto transmisor de contenidos, sino la de
animador y vehiculizador del aprendizaje autónomo que realizan los alumnos.
Como animador y facilitador de los aprendizajes es importante que el
tutor conozca y detecte las fuentes de obstáculos en el aprendizaje, de manera
que pueda generar las estrategias pertinentes para superarlos. También, debe
poder guiar adecuadamente las instancias de tutoría grupal promoviendo el
trabajo cooperativo y la actitud solidaria, como las de carácter individual
favoreciendo la autonomía.
Es necesario resaltar la importancia de la capacitación del docente para
encarar las nuevas formas de relación con los alumnos. Nunca como ahora, se ha
visto con claridad el significado de su rol de tutor, guía y orientador; porque
ya no es más el transmisor único y privilegiado del saber. Cada tecnología
propone una modalidad de saber que proviene de su propia estructura y construye
interlocutores con competencias específicas tales como: saber ver, escuchar,
leer, vincular. A partir de la combinación de medios tecnológicos, surge
también un nuevo tipo de competencias cuyo alcance no está todavía
suficientemente explorado.
La labor del pedagogo es la de abrirse a las tecnologías
incorporando al diseño didáctico las nuevas competencias que éstas generan.
También, en su quehacer debe tener presente la importancia de su rol y el de la
escuela como agentes de socialización. Esto es especialmente importante en este
momento en que se observa un fenómeno muy significativo: el hogar vuelve a ser
el núcleo de la educación formal partir de la introducción de las redes
virtuales (Bontá, 1998).