Quinto
Sexto
Séptimo
Primero
Tercero
Moraleja
Octavo
Título
Segundo
Cuarto
Si tu voz es tan melodiosa como deslumbrante tu plumaje, creo, y con razón, que no habrá entre las aves quien te iguale en perfección.
El astuto zorro, que no deseaba otra cosa, cogió entre sus dientes la suculenta presa y,
Al comenzar a graznar, dejó caer el queso de su negro pico.
Envanecido el cuervo por este elogio, quiso demostrar al galante zorro la armonía de su voz.
Quien oye aduladores nunca espere otro premio
dejando burlado al cuervo, se puso a devorarla bajo la sombra de un árbol.
Cierto cuervo, de los feos el primero, robó un queso y, llevando su botín, fue a saborearlo en la copa de un árbol.
En estas circunstancias lo vio un zorro muy astuto, y comenzó a adular con la intención de arrebatárselo.
El zorro y el cuervo
-Ciertamente, hermosa ave, no existe entre todos los pájaros quien tenga la brillantez de tus plumas, ni tu gallardía y belleza.