Aparece ante amenazas o peligros. En el caso de los niños estos peligros o amenazas pueden ser reales o imaginarios, es de utilidad pues les ayuda a actuar con precaución, pero cuando es excesiva puede llegar a controlarles.
Es el desagrado hacia algo. En los más pequeños es común el asco ante nuevos alimentos generando rechazo.
Aparece cuando algo nos disgusta, o cuando no logramos lo que queremos. En los niños aparece cada vez que no logran lo que quieren y si no aprenden a controlarla puede dar lugar a problemas de conducta.
Aparece ante la pérdida o el dolor. Los niños y niñas pueden experimentar tristeza cuando pierden algo (por ejemplo un juguete) o cuando creen perder cariño de alguien.
La sorpresa aparece ante lo que no esperamos y ayuda a comprender cosas nuevas.
La alegría es una sensación de placer y bienestar que aparece ante situaciones agradables.