Siempre tan paciente.
Esta es mi humilde casita.
Hoy si te peinaste.
Siempre tan puntual.
Érase una vez un hombre a una nariz pegado.
Yo al oro me humillo, pues es mi amante y mi amado.
Pero si tú nunca haces nada malo.
¡Qué cambiado en su persona está Patricio, desde el día que lo nombraron Presidente! No se porta cariñoso con la gente que le diera tan jugoso beneficio.
Bien claro nos ha enseñado tener, pues lo ha embolsado.
¡Que bravura en los federales! ¡Siempre en pandillas cayendo como buitres sobre la victima inerte!