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EL AMOR NO BUSCA LO SUYO (V.5)

EL AMOR NO GUARDA RENCOR (V.5)

EL AMOR NO SE GOZA DE LA INJUSTICIA (V.6)

EL AMOR ES SUFRIDO (V.4)

EL AMOR SE GOZA DE LA VERDAD (V.6)

EL AMOR TODO LO SUFRE (V.7)

EL AMOR ES BENIGNO (V.4)

EL AMOR NO TIENE ENVIDIA (V.4)

EL AMOR TODO LO ESPERA (V.7)

EL AMOR NO ES JACTANCIOSO (V.4)

EL AMOR TODO LO CREE (V.7)

EL AMOR NO SE ENVANECE (V.4)

EL AMOR NO ES INDECOROSO (V.5)

EL AMOR TODO LO SOPORTA (V.7)

EL AMOR NO SE IRRITA (V.5)

Es la cualidad de responder con bondad (Lc. 6:35). Produce la oportunidad de responder con ternura, con bendición, cuando es insultado (1 P. 3:8).

El amor se conduce de una manera ordenada, es cortés. No hace las cosas equivocadas, ni en el momento equivocado.

"el amor cubre todas las cosas", es decir, cuando hay pecado, el amor lo cubre (está dispuesto a perdonar la ofensa), lo mismo que los sacrificios de animales cubrían los pecados del pueblo en el Antiguo Testamento.

Es la tolerancia ante una ofensa, a pesar de que nos enfrentemos al deseo de desquitarnos. Esto quiere decir que el amor no toma represalias contra aquellos que hacen mal.

El amor no pierde los estribos; es paciente y tolerante.

El amor resiste pruebas, crisis y dificultades.

El amor no es orgulloso, ni vanidoso. No es arrogante, y no es de los arrogantes.

El amor nunca es displicente ante el triunfo o bendición, que viene a su compañero. Si otra persona tiene bendición y prosperidad, en lugar de producir celos o envidia, o desear que no le fuera tan bien, más bien se regocija con ella.

El amor no contabiliza, no hace listas de las ofensas para tenerlas a la mano y recordárselas a la otra persona.

No alberga sentimientos de venganza; sabe descansar en la justicia de Dios.

No es egoísta, no anda buscando la ganancia personal, ni la ventaja que favorece.

El amor no es suspicaz (no es malicioso), y que cuando alguien nos dice algo, no dudamos acerca de esa verdad.

La palabra verdad en La Biblia se refiere particularmente a la verdad de Dios y su obra de salvación, porque es esta verdad la que nos hace libres. El amor se goza en esa verdad, y siempre está buscando conocer la verdad y divulgarla.

No se luce o alardea acerca de sí mismo. No se jacta ni se pondera a sí mismo. Cuando Jesús caminó sobre esta tierra, aunque era un hombre perfecto, también era un hombre humilde. Jesús no andaba pensando en sí mismo, sino que se ocupaba de los demás (Ro. 12:10).

Siempre espera lo mejor, cree que las cosas o personas van a mejorar. En el amor siempre hay disposición para confiar en otros; espera lo mejor siempre.