Al principio, en medio de las tinieblas, sólo existía un océano infinito de aguas inmóviles, el cual se llamaba Nun.
Y así, de este océano, emerge Amón-Ra, el dios del Sol, sin padre ni madre. Ha nacido del océano. Ha nacido el primer dios.
Aparece en la cima de una colina saliendo de Nun y escupe a Shu, dios del aire, y a Tefnut, diosa de la humedad.. Y juntos engendran a Gueb, el dios de la tierra, y a Nut, la diosa del cielo… Y Gueb y Nut dan nacimiento a los demás dioses egipcios.
De esta forma, nace el universo. Pero el océano Nun no desaparece, sino que rodea el cielo. Ante esto, los egipcios temen que se vierta sobre la tierra inundándola. Por eso, ante este miedo que provoca esta situación, representan este océano con la forma de un lago sagrado junto a sus templos.
Una vez que el universo está en su lugar, deben nacer los hombres, que después serán faraones.