Loretta Perfectus Walsh fue la primera mujer en servir activamente en la Marina estadounidense, en 1917. Le seguirían más de diez mil mujeres más que se alistaron durante la contienda y realizaron todo tipo de labores logísticas.
Marie Curie también aportó su grano de arena en la contienda. Formó a un equipo de expertos en radiología y, al frente de una pequeña flota de vehículos, condujo al frente un equipo móvil de auxilio a los soldados.
Lawrence de Arabia, oficial del Imperio británico que jugó un papel diplomático clave en la lucha contra el Imperio otomano.
Manfred von Richtofen, conocido popularmente como el Barón Rojo, fue un célebre aviador del ejército alemán. Derribó más de ochenta aviones enemigos y finalmente fue abatido en la batalla del Somme.
Gavrilo Princip, nacionalista serbio que asesinó al Archiduque Francisco Fernando de Austria, acto que detonó la Primera Guerra Mundial.
Mata Hari, famosa espía holandesa que sirvió a los intereses del bando alemán. Su método consistía en sonsacar información a sus amantes, que eran, por lo general, gente influyente. Su muerte se produjo de manera trágica al ser finalmente ejecutada por las autoridades francesas.
Flora Sandes fue la primera y única mujer británica que luchó en la Primera Guerra Mundial como soldado. En principio, era enfermera y servía en el ejército serbio. Sin embargo, su determinación la llevó a entablar combate cuerpo a cuerpo, recibiendo diversos honores.
Mikhailovna Shakhovskaya fue la primera mujer piloto rusa. Solicitó al zar Nicolás II el permiso para ingresar en las filas rusas, quien se lo concedió expresamente.
