2
3
1
4
Las autoridades virreinales alertadas por un espía, ordenaron al corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, que buscara a los rebeldes casa por casa, y los apresara. Para evitar que su esposa cometiera una imprudencia, don Miguel la encerró en su habitaciones.
Doña Josefa, molesta por el encierro, golpeó el suelo con su zapato para llamar la atención de su vecino, el alcalde Ignacio Pérez, quien recibió el encargo de avisar del peligro a otro conspirador, el cura del pueblo de Dolores, don Miguel Hidalgo.
El 13 de septiembre de 1810, mientras los capitanes Allende y Aldama planeaban el levantamiento contra los españoles para octubre, la corregidora Josefa Ortiz se enteraba de que se había descubierto la conspiración que ella y su marido dirigían en Querétaro.
Cuando Hidalgo recibió la noticia decidió adelantar el levantamiento. Mandó llamar a Allende y a Aldama y, en la madrugada del 16 de septiembre, llamó a los habitantes de Dolores para que tomaran las armas. De esta manera, comenzó la lucha por la Independencia de México.