Ser llama de Foc es poner de mi parte para superar el pecado. Si me siento amada por Jesús querré dejar atrás lo que me hace daño a mí y hace daño a los demás. Con la vida de Jesús podré ser ¡más y mejor!
Ser llama de Foc es sentir en mi corazón la tristeza de Jesús cuando alguien sufre. Acostumbrarme a entrar en Su corazón para que así pueda mirar siempre con Sus ojos. Sé que Jesús me necesita para que sea sus manos, sus pies, su mensajero… porque Jesús sufre por la miseria del mundo.
Ser llama de Foc es tener muy dentro la vida de Jesús… Ser su amig@ de tal confianza que conozcamos lo que le gusta, lo que le molesta, lo que le hace feliz y lo que le pone triste. Vivir “conectado” todo el tiempo a Su vida…regalarle mi tiempo para que Él se haga presente en mi corazón y en el de los que me rodean…
Ser llama de Foc es saberme ENVIAD@ de Jesús, misioner@. Ofrecer mi vida para ayudar a otros que lo necesiten, sabiendo que muchas veces a quien Jesús desea que ayudemos es al que tenemos más cerca. ¡Llevarle el pan de vida que Él me regala!
Ser llama de Foc es ir construyendo mi vida según los deseos de Jesús, los valores (…enumerar…) que Él me enseña. Que todo mi apoyo sea el amor que me ha mostrado en su cruz. Sobre Él edifico mi vida y, en concreto, eligiendo lo que a Él le agrada (…).
Ser llama de Foc es saber que cada vez que caiga, el Amigo que nunca falla vendrá en mi rescata, me levantará, me curará y me ayudará a seguir. Si me equivoco, Él me perdona y anima, me enseña a perdonarme a mí mismo y a ser portador de perdón para otros. Con el perdón de Jesús dentro, yo seré misericordia.
Ser llama de Foc es sentirme Iglesia, la Iglesia de Cristo. La casa que Jesús formó con Su Espíritu para todas las personas que quieran acercarse a Dios. Si yo soy Iglesia, entonces soy mensajer@ del mensaje de Jesús e imagen de su vida en el mundo. La Iglesia me importa porque soy discípul@ de Cristo, YO SOY IGLESIA.
Ser llama de Foc es tomar mi vida entre mis manos con seriedad, ver las opciones que tengo y que se me ofrecen y saber elegir. Aprender a distinguir entre lo bueno y lo malo, y, sobre todo, entre todo lo que brilla y lo que verdaderamente es luz en mi vida. ¡No es oro todo lo que reluce y la Vida Verdadera de Jesús a veces se encuentra en la sencillez de lo pequeño y pobre!
“El que ama a Dios con todo el corazón, con todas las fuerzas, con toda la mente, y desde ese amor, ama al otro y se ama a sí mismo” (*)
Ser llama de Foc es acercarme a Jesús para que Él me contagie de su estilo de vida. Darme cuenta de todas las cosas que me ciegan y me deslumbran pero que en realidad no me dejan ser yo mism@ y feliz. Acoger con orgullo y alegría su forma de ver la vida sé que me hará la persona más feliz del mundo.
Ser llama de Foc significa saber perdonar siempre… a los que me caen bien y a los que no. Perdonar la ofensa de un amigo y el desprecio de alguien que no nos quiere tanto. Saber anticiparme, incluso, a pedir yo perdón, adelantarme en dar el paso de RECONCILIACIÓN. Para eso, primero he de sentir en mí el perdón de Jesús una y otra vez.