Los ojos tengo en llanto noche y día,/ y en fuego el corazón y el alma mía.
Alguna vez me angustia una certeza,/ y ante mí se estremece mi futuro./ Acechándole está de pronto un muro/ del arrabal final en que tropieza.
Huele a mundo verdadero/ la flor azul del romero.
No hay extensión más grande que mi herida, / lloro mi desventura y sus conjuntos/ y siento más tu muerte que mi vida.
En medio del invierno está templada/ el agua dulce desta clara fuente,/ y en el verano más que nieve helada.
Cuarteto
Terceto
Pareado
terceto
Pareado