Algunos protoeucariontes (eucariontes primitivos) se hicieron lo suficientemente grandes como para atacar, engullir (fagocitar) y digerir procariontes más pequeños.
Algunas de las presas pudieron escapar al proceso de digestión e iniciar una relación simbiótica con su hospedador.
Entre los procariontes supervivientes había algunos muy eficaces en el proceso de la respiración y habrían sobrevivido, convertidos en mitocondrias. Así se originarían las primitivas células eucarióticas heterótrofas.
Algunas de las células con mitocondrias pudieron incorporar otros procariontes muy eficaces en el proceso de la fotosíntesis.
Los descendientes han sobrevivido convertidos en cloroplastos. Las células provistas de ambos tipos de huéspedes serían primitivas células eucarióticas autótrofas.