Su función es facilitar la comprensión de un acontecimiento al lector. Para ello, incluye hechos, descripciones y datos.
El lenguaje debe ser: preciso (enfocado en un tema principal y con los conceptos adecuados), conciso (deben incluirse los datos fundamentales), claro (con redacción sencilla y oraciones simples).
Originalidad. Un texto original llamará la atención del receptor, primer paso para poder persuadirlo hacia el acto de compra.
Son verificables, universales, claros y precisos.
No incluyen opinión, argumentos ni herramientas para convencer al receptor. No aspiran direccionar la postura del receptor sino que solo se proponen informar.
Su lenguaje es técnico, lo que exige determinado conocimiento previo por parte de su receptor.
Claridad. Cuanto más claro y directo es el mensaje, mejor resultado tendrá y habrá menos margen de malas interpretaciones.
Eslogan. Cada marca contiene un eslogan, es decir, una frase que transmite la esencia de la marca.
Imagen + texto. Acompaña a una imagen que sostiene, refuerza y complementa el texto.
Detallan los métodos que se utilizaron durante la investigación y los resultados obtenidos.
Siempre detallan quién es el autor, cuál es su especialidad o cargo y un dato de contacto (casilla de e-mail o teléfono).