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Jugar Adivinanza

Estando quieto en mi casa, me vinieron a prender; mi casa se salió por las ventanas, y yo preso me quedé.

Aliqué, aliqué, aliqué, que no tiene alas, ni pico, ni pies; y su hijo el aliconcillo, tiene alas, patas y piquillo.

Todos me pisan a mí, pero yo no piso a nadie; todos preguntan por mí, yo no pregunto por nadie

Va de pared a pared, pero siempre está mojada.

Una caja blanquita como la cal, todos la saben abrir, nadie la sabe cerrar.

Si soy joven, joven quedo. Si soy viejo, viejo quedo. Tengo boca pero no hablo, tengo ojos pero no veo. ¿Qué soy?

Es del tamaño de una nuez, siempre sube la cuesta aunque no tenga pies. Sin salir de su casa por todos los sitios pasa y aunque siempre le dan col nunca pone mala cara.

Para los niños, espinas; para los hombres, flores; para los maestros, fruta.

Por tu aroma y tu color para adornarse te clavan las mujeres en su pelo, los hombres en la solapa.