El trono de hierro es del hombre que tenga fuerza para conquistarlo.
Solo habrá un rey y solo aquellos que hinquen la rodilla mantendrán sus títulos.
Tenéis un dragón, esta justo delante de vosotros.
Bañen la y llévenla a la cama.
Lo quiero muerto, al traidor. Quiero su cabeza, me traerás su cabeza, o arderás con el resto.
Soy el Príncipe de la Ciudad.
Yo no soy tu pequeña princesa, mis sueños se hacen realidad.
Pero regresaremos, Princesa, y la próxima vez será con fuego y sangre.