Recorte de costos y gastos
Liquidación
Desinversión
Cuando la organización ha aplicado una estrategia de recorte de gastos sin conseguir alcanzar la mejores deseadas. Cuando para se competitiva una división requiere más recursos que los que la empresa puede ofrecerle. Cuando una división es responsable del bajo desempeño general de la organización. Cuando una división no se adapta al resto de la organización; esto puede ser consecuencia de que en ella participen mercados, clientes, directivos, colaboradores, valores o necesidades radicalmente diferentes. Cuando se requieren de inmediato grandes cantidades de dinero y no se puede obtener mediante otras fuentes. Cuando alguna acción gubernamental contra la formación de monopolios amenaza a la organización.
Cuando la organización tiene una competencia claramente distintiva, pero ha fracasado consistentemente en el cumplimiento de sus objetivos y metas. Cuando la organización es uno de los competidores más débiles en una industria determinada. Cuando la organización está plagada de ineficiencias, baja rentabilidad, baja moral entre los colaboradores y presión por parte de los accionistas para mejorar su desempeño. Cuando la organización no ha podido aprovechar las oportunidades externas, minimizar las amenazas externas, aprovechar las fortalezas internas ni superar las debilidades internas; es decir, cuando los gerentes estratégicos de la organización han fracasado (y quizá deban ser reemplazados por otros más competentes). Cuando la organización ha crecido tanto y tan rápido que necesita una importante reorganización interna.
Cuando la organización no logra recuperarse a pesar de implementar una estrategia de recorte de costos y gastos y de desinversión. Cuando los accionistas de la empresa pueden minimizar sus pérdidas mediante la venta de los activos de la organización. Cuando la única alternativa de la organización es declararse en bancarrota.