1.
Yo nunca me había creído guapo.Ni siquiera cuando vivía en África, sin que hubiera ninguna persona que me mirara y diera su opinión sobre mí. Me bastaba ver a los otros hipopótamos para darme cuenta de que tenemos la cabeza demasiado grande,los ojos demasiado pequeños, las patas demasiado cortas y la tripa demasiado gorda.Tan gorda es nuestra tripa, que nos arrastra por el barro al andar. Pero eso no me importaba.Siempre estábamos contentos, chapoteando en el lago durante el día y saliendo por la noche a comer rica hierba de la orilla. A veces nos pegábamos un susto.Eso sucedía cuando los nativos aparecian con sus largas lanzas para darnos caza.Les gustaba nuestra piel, tan gruesa que sirve para muchas cosas, y nuestra grasa que nos hace tan gordos. Claro que nosotros sabíamos defendernos.Bastaba con meterse en el agua lejos del peligro;pero había que hacerlo deprisa, y con nuestras patas, tan cortas, no siempre resultaba fácil. Eso me pasó a mí.No pude correr lo suficiente y me atraparon para traerme a este zoológico donde estoy ahora. ¿CREÍA EL HIPOPÓTAMO QUE ERA GUAPO O FEO?