Acrecienta la fe del creyente y se siente orgulloso de vivirla
En la Unción de los enfermos
En el Orden Sacerdotal
Nos fortalece en la enfermedad
Alimenta al creyente con su cuerpo y su Sangre
En el Bautismo
En la Reconciliación
En la eucaristía
En la Confirmación
Nos hace participes de la Iglesia
Concede la misión especial de guiar a una comunidad
Nos perdona y nos acerca más a Dios y a nuestro projimo