Me aseguro de que no tiene errores y se lo doy a un compañero para que lo revise.
Cuando el texto está listo, lo paso en limpio utilizando letra legible.
Una vez que he definido mi propósito y tengo claro quienes eran mis destinatarios, comienzo a redactar el texto.
Si tienen observaciones, las comentamos y entre los dos mejoramos el texto.
Hago una presentación adecuada para compartir con los demás.
Primero, defino el propósito y pienso en quienes serán mis destinatarios.
Ya que termine de redactar el texto, lo reviso las veces que sean necesariamente hasta obtener una versión sin errores.