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La agricultura urbana (AU) puede ser, a largo plazo, un de la solución para suplir alguna de las necesidad alimenticias de las crecientes población en las ciudades.

La agricultura urbana (AU) puede ser, a largo plazo, una de las soluciones para suplir algunas de las necesidades alimenticias de las crecientes poblaciones en las ciudades.

La agricultura urbana.

La agricultura urbana (AU) es la acción de sembrar en la ciudad.

Un estudio de la revista Forbes, realizado el pasado mes de diciembre, concluyó que muchos de los productos que son sembrados en el hogar, bien cuidados, pueden tener iguales o mejores propiedades nutricionales que productos de grandes compañías, esto se debe en gran medida a que, en las huertas caseras, no hay uso de insumos químicos o potencializadores, lo que hace que el proceso de crecimiento sea muy natural.

Para nadie es un secreto que la labor del campesino ha sido muy abandonada por los gobiernos del mundo en las últimas décadas. Su trabajo es poco apoyado. Los productos que ellos nos permiten tener, les son pagados muchas veces a precios miserables. Si se inician masivamente los sembrados pequeños en los hogares, se estará fomentando en la ciudadanía el respeto por la significativa y dura labor de los labriegos, que verían en el ejemplo de las ciudades un impulso para seguir con su labor.

Al tener cultivos en el hogar, sea en una ventana, en un espacio adaptado o en un pequeño jardín, estamos promoviendo en los integrantes de la familia un acercamiento a los cuidados que requiere el mundo vegetal (regar, abonar, limpiar y recoger). A su vez, se posibilita una mejor comprensión de los beneficios que la naturaleza puede brindarnos (también está el factor ornamental: tener naturaleza dentro del hogar ayuda a la decoración y equilibra la calidad del aire).

En su casa podría tener, por ejemplo, una pequeña huerta de hortalizas y hierbas, hay muchas alternativas innovadoras que permiten que, con muy poca preparación, una persona pueda sembrar en su hogar algunos productos. Los tutoriales que hoy abundan en Internet han posibilitado el avance de este sistema de siembra en casa. Un caso especial se presentó en Estados Unidos: durante la Depresión de 1863-1867, el alcalde de Detroit promovió la siembra, en huertas caseras, de papas, zanahorias, tomates y otros productos que ayudaron a la población a tener alimentos a la mano en este difícil momento de la historia americana.

En su casa podría tener, por ejemplo, una pequeña huerta de hortalizas y hierbas, hay muchas alternativas innovadoras que permiten que, con muy poca preparación, una persona pueda sembrar en su hogar algunos productos. Los tutoriales que hoy abundan en Internet han posibilitado el avance de este sistema de siembra en casa. Un caso especial se presentó en Estados Unidos: durante la Depresión de 1863-1867, el alcalde de Detroit promovió la siembra, en huertas caseras, de papas, zanahorias, tomates y otros productos que ayudaron a la población a tener alimentos a la mano en este difícil momento de la historia americana.

Al tener cultivos en el hogar, sea en una ventana, en un espacio adaptado o en un pequeño jardín, estamos promoviendo en los integrantes de la familia un acercamiento a los cuidados que requiere el mundo vegetal (regar, abonar, limpiar y recoger). A su vez, se posibilita una mejor comprensión de los beneficios que la naturaleza puede brindarnos (también está el factor ornamental: tener naturaleza dentro del hogar ayuda a la decoración y equilibra la calidad del aire).

Un estudio de la revista Forbes, realizado el pasado mes de diciembre, concluyó que muchos de los productos que son sembrados en el hogar, bien cuidados, pueden tener iguales o mejores propiedades nutricionales que productos de grandes compañías, esto se debe en gran medida a que, en las huertas caseras, no hay uso de insumos químicos o potencializadores, lo que hace que el proceso de crecimiento sea muy natural.

Para nadie es un secreto que la labor del campesino ha sido muy abandonada por los gobiernos del mundo en las últimas décadas. Su trabajo es poco apoyado. Los productos que ellos nos permiten tener, les son pagados muchas veces a precios miserables. Si se inician masivamente los sembrados pequeños en los hogares, se estará fomentando en la ciudadanía el respeto por la significativa y dura labor de los labriegos, que verían en el ejemplo de las ciudades un impulso para seguir con su labor.

En su casa podría tener, por ejemplo, una pequeña huerta de hortalizas y hierbas, hay muchas alternativas innovadoras que permiten que, con muy poca preparación, una persona pueda sembrar en su hogar algunos productos. Los tutoriales que hoy abundan en Internet han posibilitado el avance de este sistema de siembra en casa. Un caso especial se presentó en Estados Unidos: durante la Depresión de 1863-1867, el alcalde de Detroit promovió la siembra, en huertas caseras, de papas, zanahorias, tomates y otros productos que ayudaron a la población a tener alimentos a la mano en este difícil momento de la historia americana.

Al tener cultivos en el hogar, sea en una ventana, en un espacio adaptado o en un pequeño jardín, estamos promoviendo en los integrantes de la familia un acercamiento a los cuidados que requiere el mundo vegetal (regar, abonar, limpiar y recoger). A su vez, se posibilita una mejor comprensión de los beneficios que la naturaleza puede brindarnos (también está el factor ornamental: tener naturaleza dentro del hogar ayuda a la decoración y equilibra la calidad del aire).

Para nadie es un secreto que la labor del campesino ha sido muy abandonada por los gobiernos del mundo en las últimas décadas. Su trabajo es poco apoyado. Los productos que ellos nos permiten tener, les son pagados muchas veces a precios miserables. Si se inician masivamente los sembrados pequeños en los hogares, se estará fomentando en la ciudadanía el respeto por la significativa y dura labor de los labriegos, que verían en el ejemplo de las ciudades un impulso para seguir con su labor.

Un estudio de la revista Forbes, realizado el pasado mes de diciembre, concluyó que muchos de los productos que son sembrados en el hogar, bien cuidados, pueden tener iguales o mejores propiedades nutricionales que productos de grandes compañías, esto se debe en gran medida a que, en las huertas caseras, no hay uso de insumos químicos o potencializadores, lo que hace que el proceso de crecimiento sea muy natural.

En su casa podría tener, por ejemplo, una pequeña huerta de hortalizas y hierbas, hay muchas alternativas innovadoras que permiten que, con muy poca preparación, una persona pueda sembrar en su hogar algunos productos. Los tutoriales que hoy abundan en Internet han posibilitado el avance de este sistema de siembra en casa. Un caso especial se presentó en Estados Unidos: durante la Depresión de 1863-1867, el alcalde de Detroit promovió la siembra, en huertas caseras, de papas, zanahorias, tomates y otros productos que ayudaron a la población a tener alimentos a la mano en este difícil momento de la historia americana.

Un estudio de la revista Forbes, realizado el pasado mes de diciembre, concluyó que muchos de los productos que son sembrados en el hogar, bien cuidados, pueden tener iguales o mejores propiedades nutricionales que productos de grandes compañías, esto se debe en gran medida a que, en las huertas caseras, no hay uso de insumos químicos o potencializadores, lo que hace que el proceso de crecimiento sea muy natural.

Al tener cultivos en el hogar, sea en una ventana, en un espacio adaptado o en un pequeño jardín, estamos promoviendo en los integrantes de la familia un acercamiento a los cuidados que requiere el mundo vegetal (regar, abonar, limpiar y recoger). A su vez, se posibilita una mejor comprensión de los beneficios que la naturaleza puede brindarnos (también está el factor ornamental: tener naturaleza dentro del hogar ayuda a la decoración y equilibra la calidad del aire).

Para nadie es un secreto que la labor del campesino ha sido muy abandonada por los gobiernos del mundo en las últimas décadas. Su trabajo es poco apoyado. Los productos que ellos nos permiten tener, les son pagados muchas veces a precios miserables. Si se inician masivamente los sembrados pequeños en los hogares, se estará fomentando en la ciudadanía el respeto por la significativa y dura labor de los labriegos, que verían en el ejemplo de las ciudades un impulso para seguir con su labor.