Consumir alimentos ricos en fósforo, calcio y vitamina D
Adoptar posturas correctas para sentarnos, pararnos y acostarnos
Adoptar malas posturas
Practicar ejercicio sin protección.
Usar tacones
Cargar peso en la espalda
Hacer ejercicio regularmente
Llevar calzado adecuado.
Visitar al médico