Una noche de cielo estrellado, Dios le dijo a Abraham que saliera afuera y que mirara las estrellas, a ver si las podía contar. Le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas del cielo y la arena del mar.
El rey David le dice al Señor: ¡Qué maravillosas son las obras de tu creación!
Adán y Eva dicen: ¡Qué bonito es el mundo que Dios ha creado!
Samuel responde: ¡Habla Señor que tu siervo escucha!
Te ofrezco las primeras crías de mi rebaño.
La virgen María se fijaba en lo que ocurría y lo meditaba en su corazón.
¡Ayúdanos, Señor! Estamos sedientos. Dios le dice a Moisés que golpee la roca con su vara y logrará obtener agua para toda la gente.