Puedo ser alegre o triste, según quien me toque esté; con que me rasgues las cuerdas, buen sonido emitré.
De teclas me compongo y buen sonido mantengo; unas son blancas y otras de color negro tengo.
Tiene la plancha arrugada y es un gran soplador sentirás que mucho gime si le tocas un botón.
Entre pared y pared hay una santa mujer que con el diente llama a la gente, con las muelas a las mozuelas, con los colmillos a los chiquillos.
Mis caras redondas, ¡qué estiradas son! a fuerza de golpes, así canto yo.