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Principio de los Valores Fundamentales de la Vida Social

Principio de Solidaridad

Principio del Bien Común

Principio del Destino Universal de los Bienes

Principio de la Vida de la Caridad

Principio de Subsidiaridad

Principio de la Participación

Principio de la Dignidad Humana

Conforme a este principio, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda, respecto a las menores. La red de estas relaciones forma el tejido social y constituye la base de una verdadera comunidad de personas, haciendo posible el reconocimiento de formas más elevadas de sociabilidad.

Son inherentes a la dignidad de la persona humana, cuyo auténtico desarrollo favorecen; son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia y el amor.

Confiere particular relieve a la intrínseca sociabilidad de la persona humana, a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los hombres y de los pueblos hacia una unidad cada vez más convencida.

A menudo limitada al ámbito de las relaciones de proximidad, o circunscrita únicamente a los aspectos meramente subjetivos de la actuación en favor del otro, debe ser reconsiderada en su auténtico valor de criterio supremo y universal de toda la ética social.

Está en la base del derecho universal al uso de los bienes. Todo hombre debe tener la posibilidad de gozar del bienestar necesario para su pleno desarrollo, primer principio de todo ordenamiento ético-social.

En el cualquier otro principio encuentra fundamento, respetando la trascendencia del hombre, cuya defensa y promoción han sido confiadas por el Creador.

No es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, puede lograrse en todas las relaciones posibles entre el ciudadano y las instituciones.

No consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social. Siendo de todos y de cada uno es y permanece común, porque es indivisible y porque sólo juntos es posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo, también en vistas al futuro.