Dedicar parte de nuestro tiempo a nuestra familia, a nuestros hermanos pequeños y especialmente a los mayores que muchas veces se encuentran solos, por ejemplo, nuestros abuelos
Ir a Misa con respeto y con buena disposición para recibir las gracias que el Señor nos quiere regalar. Estar atentos, contestar y cantar. Procurar confesarnos, si lo necesitamos, y comulgar. Para recibir a Jesús hay que estar en gracia con Dios
Descansar los domingos de todo trabajo innecesario
Dejar de ir a Misa los domingos y fiestas de guardar
Asistir a Misa todos los domingos y fiestas de guardar
No participar rezando, contestando y cantando en Misa
Hacer buenas obras, como obras de caridad, que durante la semana resultan más difíciles: visitar algún asilo de ancianos, hospitales o algunas personas que necesitan de nuestra ayuda
Impedir o dificultar a otros que asistan a Misa
No estar atento durante la Misa
Imitar a Jesús, que iba con María y José a celebrar las fiestas al Templo