Arrepentido, decide volver a casa y pedirle a su padre que le deje trabajar como a uno de sus criados.
El padre dijo al hermano mayor: "Haremos una fiesta porque tu hermano se habia perdido y lo hemos encontrado".
El hijo en ese país gasta todo el dinero en fiestas.
Con humildad, el chico dijo: "Padre, he pecado contra Dios y te he ofendido, ya no merezco que me llames hijo tuyo.
El hijo pide la parte de su herencia y emigra a un país lejano donde gasta su dinero.