FINALMENTE CUANDO LE TOCÓ A ARTURO, TAN SÓLO FUE TIRAR… ¡Y LISTO! SU MANO LA SACÓ.
DE PRONTO, MIM SE TRANSFORMÓ EN UN HORRENDO DRAGÓN CON LAS FAUCES ABIERTAS DELANTE DEL ENCANTADOR.
EL DUELO CONTINUÓ, CONVIRTIÉNDOSE CADA UNO EN UN ANIMAL CAPAZ DE VENCER AL OTRO.
ALLÍ SU EDUCACIÓN CONTINUÓ: MERLÍN LE HIZO CONOCER EL AGUA TRANSFORMÁNDOLO EN PEZ